EL IV PODER: Barack Obama desconoce la realidad de México

Por: Juan Fregoso

08 / Mayo / 2013

*Su encuentro con el presidente EPN resulta estéril

*Reconoció el problema de las drogas y el armamento proveniente de EU

*Pero se le olvidó que en algunos estados de EU, la marihuana ya está legalizada
La visita del presidente Barack Obama, sólo sirvió para exhibir su total desconocimiento de las realidades de nuestro país, al mismo tiempo que se deshizo en halagos hacia su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto.

Ciertamente el mensaje de Obama tocó puntos neurálgicos que afectan a México, como el reconocimiento de la violencia que azota a los mexicanos. Igualmente reconoció que la demanda de drogas proviene de los EU, y expresó que la legalización de estupefacientes no sea la respuesta adecuada, sino enfrentar el problema a través en un cambio, de un nuevo enfoque en el aspecto educativo y en la prevención de hechos delictuosos.

El mandatario estadounidense explicó que por esta razón es necesario mejorar la vida de nuestros jóvenes, porque el futuro de nuestras naciones depende de ellos, indicó muy al estilo del sistema mexicano. Señaló—lo que todo el mundo ya sabe—que la mayoría de las armas que se utilizan para cometer actos de violencia procede de su país, pero no asumió el compromiso formal de frenar esta situación.

Se ufanó en decir que su gobierno compra a México sus exportaciones como en ningún otros país, reiteró que EU vende más de sus exportaciones a México de lo que hacen con Brasil, Rusia, India y China. Remató que las empresas mexicanas están invirtiendo más en los EU, y nosotros somos el mayor inversionista extranjero de México, porque creemos en México, y queremos ser un socio en su éxito, explicó en su discurso a los estudiantes en el Museo de Antropología de la ciudad de México.

En su cuarta visita a México, Obama Subrayó que es un placer estar entre amigos, cuando todos sabemos que EU no tiene amigos sino intereses enfocados a apropiarse de nuestras riquezas, especialmente del petróleo, aunque, tanto él como el presidente Enrique Peña Nieto, nieguen terminantemente que el petróleo vaya a ser privatizado. La máxima de Maquiavelo de que en política las palabras sirven para ocultar el verdadero pensamiento, cobra más fuerza que nunca, la prueba está en que en la campaña presidencial, Peña Nieto prometió no aumentar el precio de los energéticos, y sin embargo, a la fecha ya van cuatro gasolinazos en seis meses de su gobierno. Y las poderosas armas que siguen llegando a México, no va a parar nunca, porque es uno de los mejores negocios de los Estados Unidos, inútilmente el presidente Barack Obama desliza la idea de detener la carrera armamentista, porque ésta es una fuerte fuente de ingresos para el gobierno estadounidenses.

No se puede creer en las palabras de Obama, sobre todo porque él mismo reconoce que EU es el principal demandante y consumidor de drogas, de la misma manera que acepta que las armas con las cuales han sido segadas miles de vidas de mexicanos en una lucha estéril contra la delincuencia organizada. En cuanto a las drogas en un acto que parece más de desesperación que razonable, el presidente estadounidense ahora cree que no es conveniente su legalización, pero el mandatario se contradice porque en algunos estados de su país la marihuana ya ha sido legalizada, sin importarle los nocivos efectos que ésta produce en los consumidores, convirtiéndolos en criminales en potencia o reales, como se ha visto en las frecuentes matanzas que realizan en centros educativos.

Obama al tocar el tema de las exportaciones e inversiones se refiere, sin duda a la economía, pero no a la economía mexicana, sino a la de EU; queremos ser un socio en su éxito, recalcó. Lo que parece ignorar es que la economía de México se encuentra paralizada, no hay circulante y al no haberlo muchas empresas se están yendo a la bancarrota, pero de eso no habló el jefe del imperialismo y si lo hizo apenas fue perceptible por los mexicanos.

Barack Obama no conoce a fondo la problemática de México, no sabe—o lo aparenta—que en México hay, por lo menos, 75 millones de pobres; cuarenta millones de hambrientos; diez millones de ninis; cinco millones de desempleados y catorce de millones de informales. Este es el verdadero rostro de México que tanto asusta a ambos mandatarios, por eso no tocaron para nada este tema tan delicado.

Un ejemplo de lo anterior se puede apreciar en comunidades de Tierra Caliente, en donde los niños no tienen ni para un desayuno, que los escolares lo único que comen son tortillas con sal, si bien les va. La pobreza, la violencia y la carencia de empleo que viven sus pueblos se cuela hasta las aulas, comentan los propios docentes. Aseguran que es duro, porque les hace falta de todo. Los maestros de Apatzingán, Michoacán; de la sierra y los Valles de centrales de Oaxaca, quienes se oponen a la reforma educativa, aseveran que en sus comunidades la privatización de la educación ya es un hecho, sólo falta que la legalicen. En estas comunidades los padres de familia son los que pagan la luz, limpian la escuela, arreglan los baños o letrinas, y los materiales didácticos son aportados por los propios maestros, esta es la privatización de educación, sostienen.

Según el Instituto Nacional para la evaluación de la Educación (INEE), revela que las condiciones de pobreza afectan a por los menos 8. 5 millones de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, que viven en comunidades de alta marginación en el país. En estas localidades se ubican poco más de 124 mil planteles de esos niveles educativos, los cuales enfrentan carencias de infraestructura y equipamiento. La prensa nacional estima que para atender a esta población se requiere del refuerzo de 450 mil docentes, los cuales deben superar un contexto social de miseria.

En este contexto se da la cuarta visita de Barack Obama a tierras aztecas, en donde el mandatario habló de exportaciones, de inversiones en sociedad, de drogas y armamentos. Curándose en salud, Obama lamenta que algunos estadounidenses sólo ven en México los titulares sensacionalistas de la violencia, se advierte que el presidente de EU tácitamente niega el torbellino de violencia que ha vivido el país, principalmente durante los últimos doce años. Y agrega que algunos mexicanos pueden pensar (que) Latina (sic) respeta a México, que tratamos de imponernos sobre la soberanía mexicana, o bien, quieren aislarnos. Y en ambos países, estas distorsiones pueden reproducir los mitos y malentendidos que hacen más difícil avanzar juntos. Más por si fuera poco, Obama dijo que es hora de reconocer nuevas realidades, incluyendo el impresionante progreso en el México de hoy.

Así pues, en la lógica del presidente estadounidense sólo cabe una parte del país, es decir, desconoce por completo la otra cara de México. Obama sólo conoce la parte próspera y pujante de una nación que esconde en los más intricados recovecos los cinturones de miseria, hoy llamados polígonos de miseria, verdaderos criaderos de delincuentes potenciales, que al no tener una fuente de ingresos se ven orillados a dedicarse al narcotráfico, pero Obama promete detener el trasiego de la droga hacia su país de origen, cuando el gobierno estadounidense y el mexicano son los principales responsables de que la delincuencia organizada en vez de disminuir se dispare.

Sin duda, la realidad en los discursos es muy atractiva y hasta convincente, pero en los hechos es espantosa, por ello es necesario poner en práctica lo que se dice, que todo lo que se pregona no vaya a caer en el vacío, pues de lo contrario, de nada sirven los encuentros entre los jefes de Estado, hablar por hablar no tiene ningún sentido, ninguna gracia, esto es, hay que luchar primeramente por sacar del atolladero a México, porque sólo de este modo se fortalecerían los lazos de amistad entre ambos países, pero en puridad de verdad, dicha situación se antoja imposible, de ahí que la visita del presidente más poderoso del mundo sólo haya servido para hacer gala de su gran poderío sobre México.