REDESCUBRIENDO: La Formación de un Carácter Disciplinado en Nuestros Hijos.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo.

13 / Mayo / 2013

La formación de nuestros hijos no sólo debe abarcar la preparación de excelencia en el ámbito académico, sino también la formación de carácter encaminado para vivir de manera disciplinada en todos los ámbitos de su vida. En este sentido, la escuela puede ser el factor decisivo para formar precisamente ese carácter disciplinado y responsable que debe distinguir a toda persona con educación secundaria hasta profesional. Es triste observar que en nuestro país la responsabilidad, la organización y la disciplina son joyas difíciles de hallar; aún en los niveles más altos. Ante este panorama, cuando el sistema educativo de un país no suple lo necesario para que los alumnos salgan con una formación en buenos hábitos, lo que necesitamos urgentemente es la intervención de los padres para suplir dentro del hogar dicha formación, de otra manera nuestro hijos crecerán con serias carencias formativas que impedirán un pleno desarrollo a lo largo de sus vidas, independientemente a que se dediquen o cuál sea su profesión, tendrán dificultades para enfrentar los retos que esta vida nos ofrece. Hoy tenemos muchos profesionistas que no cumplen con sus compromisos de trabajo o fallan en sus horarios. Ingenieros, licenciados, técnicos, que desconocen lo que es la disciplina (esa virtud que nos invita a comprometernos con orden y constancia para realizar nuestras obligaciones), constancia y responsabilidad profesional. Multitudes de trabajadores ineficientes que carecen de creatividad y que no toman su responsabilidad para actualizarse y seguir preparándose. Incluso, muchos profesionistas creen que tan sólo con tener el título basta para realizar un buen desempeño en su trabajo. Nuestro país cuenta con un alto índice de negligencias médicas provocadas, en mayor medida, por médicos que terminaron su carrera y nunca más volvieron a tomar un libro para actualizarse, renuncian a prepararse y actualizarse todos los días.

La indisciplina provoca que las personas sean ineficientes y no confiables a la hora de realizar una actividad. Personas que no cumplen sus responsabilidades y compromisos más elementales: faltan a una cita sin disculparse con la persona involucrada, se comprometen sin pensar, inician proyectos y no los concluyen. En el ámbito familiar, muchos padres de familia defraudan a sus hijos porque no pueden organizarse para cumplir su palabra de sacarlos a un paseo o realizar una actividad. Una persona indisciplinada, es por consecuencia, una persona que es dominada por sus sentimientos, y no por la razón y el sentido común. La indisciplina te lleva a no comprometerte en nada y con nadie, te lleva a no regir tu vida por principios y un código de ética, por el contario, provoca que tomes decisiones según tus estados de ánimo. Si un día no le dan ganas de cumplir un compromiso lo cancela, porque no siente ganas de hacerlo. Dentro del hogar, el padre de familia prefiere evadir su responsabilidad de formar a sus hijos dedicándole tiempo para conocer mejor a sus pequeños, y elige para relajarse ver por varias horas la televisión o chatear en el facebook. Como podemos observar, la indisciplina es un mal hábito que origina problemas serios dentro de nuestro estilo de vivir. Puede provocar serias dificultades para enfrentar los problemas cotidianos de la vida. Muchos de los males que sufrimos como personas, no es por castigo divino o por mala suerte, es por falta de orden y disciplina. Sin duda, la raíz se encuentra en una deficiente formación de la disciplina, de hábitos personales eficientes que permitan una mejor calidad de vida. En un desarrollo deficiente del sentido de responsabilidad y un estándar bajo de excelencia y productividad. El resultado de todo esto es básicamente PROFESIONALES PARAPLEJICOS que sólo han almacenado conocimiento y obtenido un título; pero carecen de las herramientas prácticas para aprovechar su conocimiento, y ser confiables y útiles a los demás. Adultos con altos grados de ineptitud y nula capacidad de organización. Debemos atender con mucha seriedad la formación del carácter en nuestros hijos para que adquieran hábitos que les abran las puertas para el éxito integral. Hasta la próxima. Conferencista y Terapeuta Familiar. Consultas 311 136 89 86.