EL ITACATE

Por Agustín Almanza Aguilar

15 / Mayo / 2013

En 1940 brotó en Cuba una modalidad muy especial en la manera de componer e interpretar el Bolero donde un grupo de músicos incorporaron armonías de Jazz y letras intimistas, renovándolo sustancialmente. A este fenómeno musical se le conocería como Feeling, y tocar con o sin ese sentimiento era el poder o no comunicar las emociones, y hacer o no participe al oyente de ello.

Un gran cubano –de la patria del bolero-, y creador fundamental del Feeling, resumiría el movimiento de la siguiente manera, en una entrevista: aquel mundo Armónico del Jazz, de los impresionistas, de las bandas sonoras, nos indujo a un manejo más libre y atrevido de las estructuras melódicas y armónicas, lo cual, unido a una forma más coloquial en las letras, aportó sin dudas un nuevo corte.

Por supuesto que recuerdan estas letras:
No hay bella melodía, en que no surjas tú, ni yo puedo escucharla, si no la escuchas tú. Es que te has convertido en parte de mi alma, ya nada me conforta si no estás tú también, más allá de tus labios, del sol y las estrellas, contigo en la distancia, amada mía, estoy.

O bien:
Se te olvida, que me quieres a pesar de lo que dices, pues llevamos en el alma cicatrices imposibles de borrar Y hoy resulta que no soy de la estatura de tu vida, y al dejarme casi casi se te olvida que hay un pacto entre los dos. Por mi parte te devuelvo tu promesa de adorarme, ni siquiera sientas pena por dejarme, que ese pacto no es con Dios.

En efecto, nos estamos refiriendo al gran César Portillo de la Luz, fallecido el pasado lunes seis del presente a los 91 años de edad, en su natal Cuba.
César nació en la Habana en 1922 y, a pesar de provenir de una familia aficionada a la música, no realizó estudios formales sino que se educó en contacto con maestros de la tradicional Trova Cubana. Trabajó luego en la radio, donde tuvo contacto con los jóvenes músicos del filin (sic), y juntos alcanzaron la fama con obras interpretadas por Olga Guillot, Fernando Fernández y el inigualable Ignacio José Villa Fernández, mejor conocido como Bola de Nieve.