DIOS MIO, QUÍTAME LO PENDEJO..!!!

Por: Olegario Zamudio Quezada

04 / Junio / 2013

Juanita se llama, bueno en realidad se llama Juana, pero de cariño le decimos juanita, ella es algo así, como una miel en penca, una miel en árbol pero sin abejas, pues así aprendimos a quererla, ahora ya tiene cincuenta años, regaña y se ríe igual a carcajadas.

Juanita, es aguda en sus observaciones y en sus aseveraciones, ella es critica de cualquier evento y de cualquier persona, tiene el atrevimiento de ser clara y objetiva aunque de política no sepa mucho.

Que crees Ole, -me dijo- le menté la madre a la vieja que se peleo en el aeropuerto, a la Senadora del Perede, la que ofendió a la azafata con su gesto arrogante y todo porque perdió el vuelo, pero lo que es más, con ese viaje perdió el glamour de legisladora.

Me contó juanita, que cuando estudio en el CETIS 100 leyó un libro de fabulas, libro del cual guarda gratos recuerdos, ahora que suceden cosas, en estas historietas encuentra en ellas, alguna similitudes con la vida real.

Así, Juanita me contó una de las fabulas de este libro, personificada en la Senadora Berrinches del PRD, inició diciéndome, Había una ves una Senadora y..

Llegó al aeropuerto un día la furibunda Senadora por Quintana Roo, Luz María Beristainy después de recorrer el largo pasillo, seguida de una gran maleta con llantitas, se detuvo en el mostrador y después de acomodarse el chicle en la boca para poder hablar, encaro a la azafata y pidió le vendieran un primera clase.

La azafata le contestó que no le podían vender un primera clase a ella, que lamentaban mucho esta limitancia, pero que disculpara a la aerolínea, claro que la Senadora ya se tragaba el chicle del coraje y puso sobre sobre el mostrador, la chequera, los billetes de a quinientos, la cartera y las tarjetas de crédito

Mira muchachita, le señaló, te explicaré mejor, que yo soy tu representante y traigo moneda nacional, tarjeta de crédito y traigo dólares para pagarte un primera clase o dos y también traigo dinero, para pagarte tu risita o hasta tu mal modo.

La azafata sensata insistió que entendía bien, pero trató de conminarla a la prudencia a la Senadora y le insistió, lo siento señora pero usted debe de poder y querer entender que no le podemos vender un primera clase, ya engorilada la del PRD que ha de ser gente de López Obrador, mandó llamar al Gerente de la aerolínea.

Pero como la cola de los boletos estaba larga, mientras la señorita azafata fue por el gerente, uno de esos tipos que hay en todas partes y además, que les gusta meterse en lo que no les importa, se acercó a la Senadora tímidamente y le sonrió.

Le sonrió para decirle, señorita legisladora, si usted me lo permite, yo le puedo dar una explicación de cual es el caso de esta desavenencia,ante la mirada dulce del tipo, la del chicle con la mirada torva, le concedió esta graciay apoyada con el dedo índice asintió, dígame usted por favor.

Me siguió platicando juanita la fabula,entre risa y risa, después del cuarto cigarro y dos tasas de café, me comento que:.Le dijo el metiche a la legisladora, mire Senadora, el problema de la primera clase es que esta, no es algo que se puede comprar, la primera clase es una forma de vida , la primera clase no es algo adquirible, la primera clase ya se trae, se nace con ella, la Senadora ante este comentario lo único que le quedo hacer,fueprimero tragarse el chicle y luego pedirle a Dios, señor quítame lo pendejo.