La Yunta: Brota excremento en Protección Civil de Bahía de Banderas

Por: Oscar Zúñiga

05 / Junio / 2013

¡Hijo e su! Sigue brotando la mierda en el ayuntamiento de Bahía de Banderas, tal pareciera que lo que le importa al munícipe Rafael Cervantes es sacar dinero si es posible de debajo de las piedras, y es que quien necesita hacer un trámite comercial (una licencia de funcionamiento) pasa por todas las dependencias y los pagos son de acuerdo a las tarifas que se tienen para los grandes negocios como lo son los hoteles de cinco estrellas, de ahí hacia abajo pero ese es el parámetro de cobro, y si en dos o tres meses se logra tener esta licencia es mera coincidencia, pero para esto ya el interesado repartió dinero a diestra y siniestra.

Actualmente el que se lleva la mochada más grande es el DIRECTOR DE PROTECCIÓN CIVIL MUNICIPAL, este sujeto que por principios de cuentas se hace pasar como un beach boy de rancho y que de protección civil sabe lo que yo de astronauta, es él quien pone -de acuerdo a las denuncias públicas- mas peros al trámite, para finalizar pidiendo estratosféricas cantidades de dinero que disque para pagar a los asesores de Puerto Vallarta que son los que en realidad hacen su trabajo.

Pues en una revisión de autorización de licencia que es obligatoria, y que se supone que es año con año, si no se le ofrece su respectiva mochada que descaradamente señala como ayuda voluntaria, casi pide que la construcción del inmueble se vuelva a hacer nueva, que las tuberías, que los extinguidores cuando estos últimos tienen fecha de caducidad visible y les falta tiempo para que caduquen.

Finalmente después de que ya se hicieron todos los trámites en Valle, Bucerías, en San José buscando a Rafael Cervantes en su casa para que firme los documentos, y se paguen, Protección Civil después de tres meses no ha dado el visto bueno, estas son las consecuencias de que estas direcciones sean dirigidas por gente que no sabe nada en la materia, pero que están en los puestos como pago a sus servicios en campaña.
Pero la ciudadanía qué culpa tiene de tener a esta bola de burros enzapatados dirigiendo al municipio, es una muestra más para que en las próximas elecciones ahora sí se fijen bien en qué manos seguirán dejando su futuro, porque ahora sí ya vieron lo que hace un ranchero sin estudios que salió bravo para el dinero del pueblo, por lo que en unos días mas estaremos visitando ese hermoso municipio para ver si algunos de los trámites de licencias -que no damos a conocer los nombres de estos microempresarios ya que podrían sufrir represalias, pero sí daremos a conocer en este mismo medio- ya terminaron y les dieron la licencia o si todavía por el torpe director de Protección Civil siguen esperando se las liberen.

Por último, el día de ayer surgieron dos trágicas noticias, una es que apareció el cuerpo de la persona que por las redes sociales había sido denunciada como desaparecida y que padecía Alzheimer, desgraciadamente el cuerpo de esta desafortunada persona carecía de un par de extremidades, lo que vino a desencadenar otra ola de dimes y diretes en las redes sociales por gente que de plano no tienen qué hacer y solo se la pasan diciendo pendejas en contra de todo y en favor de nada. Qué lástima que de nada sirvan nuestros valores morales, pero ni modo, desde hace años que nuestra sociedad cambió y así tenemos que vivirla.
Otra de las malas noticias es que una persona del sexo masculino que se dirigía al Seguro Social a una cita con el doctor, se sintió mal en el camión del servicio urbano en que viajaba por lo que optó por bajarse, pero desgraciadamente al hacerlo al parecer sufrió un paro cardiaco, este hombre se dijo era ya mayor de 70 años.

Este es otro de los problemas que existen en nuestra sociedad, pues la mayoría de los adultos mayores siempre van por la calle solos, y cuando tienen un percance como este los familiares son los últimos en darse cuenta, cuando la verdad es que si estas personas van al doctor cuando menos deberían de ser acompañados por un familiar, pues a esa edad simplemente ya no se tienen la misma agilidad para andar viajando en camiones, y ¡ojo!, esta vez el camionero o el camión no tuvieron nada qué ver en esta muerte.