REDESCUBRIENDO: El Dolor de la Persona Traicionada.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

05 / Junio / 2013

El adulterio es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir el esposo o la esposa engañada; es muy doloroso para los hijos, para los amigos y demás miembros de la familia que al recibir la noticia sufren sentimientos de depresión, culpa y humillación. La palabra adulterio significa una relación sexual, sentimental, amorosa, fuera del matrimonio, con otra persona que no es tu esposo o tu esposa. El 65% de los adulterios terminan en divorcio. Solamente un 35% de los matrimonios logran evitarlo y el resto muchas veces sobrevive con una calidad de vida inferior familiarmente hablando. El dolor que produce la infidelidad es increíble. Quisiera presentar a continuación algunos testimonios de personas que han experimentado el terrible dolor de ser traicionados, y los efectos que produjo en su vida el haber sido víctimas de este acto: Por veinte años fui fiel a mi esposo, honré mis votos matrimoniales nunca me imaginé los efectos devastadores de la infidelidad hasta que me pasó a mí.

La traición de uno de los cónyuges en un matrimonio es probablemente el evento más devastador que pueda ocurrir en la vida. Nos afecta principalmente en una forma profunda: el amor se despedaza, la confianza se destruye, las familias se desintegran, las esposas y los hijos cargan con el dolor por muchos años, la herida muchas veces es irreparable: fue un shock que sufrí al inicio al darme cuenta que mi esposo me engañaba; yo me decía a mí misma: No puede ser verdad. Es como tener una horrible pesadilla de la cual no puedes escapar. El pensamiento de ‘esto no puede estar pasándome a mí’ está en tu mente una y otra vez. La única interrupción a ese pensamiento es la ira y el odio. La infidelidad deja al cónyuge inocente con un sentimiento de depresión, culpa, humillación. La autoestima baja a lo más profundo, mientras que la autocompasión sube a lo más alto; se hace imposible dormir y, cuando lo logras, los sueños son tan dolorosos que empiezas a aborrecer el solo hecho de dormir, se pierde o se gana peso. Yo perdí casi 15 kilos. Comer se volvía para mí algo nauseoso debido al dolor que llevaba al haber sido traicionada por mi esposo. Lloraba a menudo, el corazón quebrantado llora en la mañana, a lo largo del día y en la noche. Te encuentras en la soledad con tus hijos o amigos; es como si estuvieras en un estado de luto. Cuánta soledad y cuánto vacío siente el esposo o la esposa inocente. Como si ya no quedara vida en ti, no quieres que empiece otro día, te ciegas a todo lo que es bueno y pueden cruzar por tu mente pensamientos de suicidio. ‘¿Habrá alguien que pueda amarme?’, ‘¿Habrá alguien a quién yo pueda amar?’ Es un pensamiento muy molesto que viene a tu mente cuando te sientes traicionado. El adulterio tiene el devastador poder de aplastar las esperanzas de uno hacia el futuro. A menudo te repites ‘¿cómo pudo esta persona, a quien amé con todo mi corazón, destruir nuestros planes futuros?’ Este es un testimonio real. Por razones obvias se mantiene el anonimato. Hasta la próxima. Conferencista y Terapeuta Familiar. Consultas Celular 311 136 89 86.

Mi papá fue un adúltero

Veamos ahora el testimonio de una mujer que vivió en su familia los efectos trágicos del adulterio durante su infancia:

Yo misma he visto de primera mano los efectos negativos de una aventura fuera del matrimonio. Cuando yo era niña mis padres se divorciaron, yo nunca supe el por qué, hasta que recientemente me enteré.

Siempre pensé que ellos se amaban cada vez más, nunca entendí la razón de su divorcio y yo me quedé pensando siempre acerca de esto. Sólo sabía en mi corazón que si yo lo anhelaba mis padres volverían a estar juntos.

Ahora que he investigado las causas y efectos del adulterio, creo que lo mejor fue que ellos nunca vivieran juntos. Durante el segundo embarazo de mi mamá, mi papá estaba con otra mujer; no sé todos los detalles específicos de ella pero lo que sí sé es que la relación entre mi papá y mi mamá era muy áspera.
Él estaba trabajando de noche y mi mamá trabajaba de día. No había comunicación entre los dos. Al pasar el tiempo el fuego de ese amor que ardía entre ellos se apagó.

Mi padre conoció a una mujer en su trabajo; aparentemente el fuego revivió en su corazón pero no hacia mi madre sino hacia esa mujer. El amor entre mis padres se acabó.

Eventualmente mi mamá comenzó a sospechar que algo en mi papá andaba mal. No tenía idea exactamente qué era. Finalmente, después de muchas confrontaciones mi padre se lo confesó, él le contó toda la historia de su adulterio, pero para este tiempo la aventura con esta persona había terminado.

Mi padre se sentía culpable, adolorido y humillado. Él se disculpó con mi mamá quien lo aceptó conforme el tiempo fue pasando, pero ella siempre en su mente se imaginaba que mi padre la volvía a engañar.

Después de esa aventura que tuvo mi padre, mi mamá nunca volvió a confiar en él a pesar de todas las disculpas de mi padre.
Cuando él llegaba tarde de cualquier lugar, aun por sólo 5 minutos de tardanza, ella lo acusaba de haber estado con otra mujer. En mi opinión la confianza nunca se volvió a ganar entre los dos.
La confianza es la base para una buena relación matrimonial, y a consecuencia de esto mis padres se divorciaron.

El divorcio es la última salida para una relación, sin embargo no todos los que tienen una aventura sexual llegan a divorciarse; algunas veces temporalmente se separan hasta obtener una completa y total reconciliación por ambas partes.

Qué testimonio tan doloroso de esta mujer que desde la infancia sufrió los efectos terribles del adulterio en su hogar, y cómo durante muchos años, aún en su etapa adulta siguió preguntándose con angustia la razón del divorcio de sus padres. Lo más terrible fue descubrir la verdad.