EL IV PODER: Un nefasto hermano del Gallo Arellano quiere la presidencia de Acaponeta

Por: Juan Fregoso

10 / Junio / 2013

En mi modesta opinión sólo las matemáticas son exactas, es decir, nos podemos equivocar nosotros pero es indiscutible que 2 más 2 son cuatro y así sucesivamente. Por tanto, todas las demás ciencias quedan sujetas a la especulación, incluso a la duda razonable, aquella que nos conduce al pleno conocimiento de las cosas por sus causas.

Por consiguiente, la política considerada como ciencia no puede ser exacta, porque en ella los vaivenes de su propia naturaleza la hacen cambiante y dinámica, esto es, lo que hoy se tiene como cierto, mañana ya no lo es, porque ha dejado de tener su razón de ser.

Por otra parte, en todas partes escuchamos hablar de crisis, y explicado este fenómeno de modo diverso, se puede leer y se escucha siempre lo mismo: que nuestros tiempos son de crisis. La vida actual se ve acosada por una terrible angustia producida por la desorientación. Nos ha tocado vivir en un mundo que al parecer se desquicia. Un sistema de ideas y formas de vida se hunden en el ocaso y no se ve alborear, en el planeta, nuevos pensamientos.

En el campo de la teoría y en el campo de los hechos se agudiza la falta de responsabilidad y el azoramiento. El hombre-borrego que ha perdido conciencia de su propia humanidad, ofrece el entristecedor, espectáculo de marchar a la deriva. Su acción no es la praxis que va precedida de la contemplación, sino de lo neurótico.

La pérdida casi total del instinto lógico y la desmoralización radical de la humanidad, son—a nuestro juicio—las dos notas que caracterizan la actual crisis del mundo. La soberbia de la vida que ha pretendido olvidar su esencial contingencia y su relegación a un ente fundamental y fundamentante, es la raíz más honda de la angustia contemporánea.

El desequilibrio político, más o menos agudo, que se ha dejado sentir en nuestros tiempos, por lo que toca a las formas de gobierno, ha hecho pensar, que estamos frente a una crisis de estado. Pero en rigor, no es el estado el que está en crisis sino la forma de gobierno liberal-burguesa y la forma totalitaria. El estado como factor ordenador de la sociedad temporal, no puede estar en crisis, al menos es lo que sostienen algunos estudiosos de las cuestiones políticas.

Tras estas reflexiones se presenta un escenario político-electoral, que actualmente coloca como punteros a la presidencia municipal a destacados cuadros políticos, de los diferentes partidos, pero en especial del PRI. Se ha vuelto un estribillo que el próximo presidente de Acaponeta, será Humberto Arellano Núñez, hermano del actual mandatario. Y para emitir este juicio aún frágil, se arranca de la premisa de que todo lo que ha venido realizando el Beito, un hombre hasta hace poco desconocido, pero que gracias a los métodos de la mercadoctenia se ha venido vendiendo como la más codiciada mercancía, al grado de que su nombre, ahora ya es conocido prácticamente por todo el pueblo.

Sin embargo, como la política no es exacta la figura de Humberto Arellano, que ahorita se encuentra al parecer en primerísimo lugar, con el paso del tiempo puede descender de la curva estadística, puesto que, no es lo mismo realizar una suma aritmética que dará un resultado exacto e inconvertible, que la estabilidad y permanencia de equis aspirante en las preferencias del electorado. La política está sujeta a otro tipo de leyes, mientras que los principios matemáticos son eternos e inalterables, de ahí pues, que en política no hay nada seguro, la eventualidad es un sello distintivo de las ciencias políticas.

En cierto modo, el presidente municipal constituye un factor decisivo en la elección de su sucesor, pero no es suficiente, hace falta la convergencia de otros factores que si no se dan simplemente no podrá cristalizar sus sueños de perpetuarse ciertamente en el poder, y en estos momentos el PRI—ya lo hemos dicho—se encuentra fracturado, lo que da una ventaja a una oposición raquítica, pero que puede emerger si las circunstancias le favorecen.

Cerca de Humberto Arellano se encuentra la figura del subsecretario de Gobierno, Carlos Rubén López Dado. López Dado no goza de las simpatías de la gente y él mejor que nadie lo sabe, sin embargo, puede, en un momento dado, mover las piezas del ajedrez y colocar a alguien de su entera confianza, tiene el poder para hacerlo y que no quepa la menor duda de que lo hará en el momento indicado.

Los otros candidatos de peso son Antonio Sáizar Guerrero, quien ya fue diputado y que no oculta su deseo de participar en las elecciones de 2014. Aparte de contar con una sólida formación académica, tiene en su haber una extensa trayectoria política dentro de las filas de su partido, lo que lo convierte en un fuerte adversario de quien resulte el ungido en las internas para contender en la liza electoral.

Otro fuerte aspirante a la alcaldía es el ex presidente de la Ganadera, Inocente Mejía Sánchez. Mejía, según se dice, cuenta con el respaldo del gobernador del estado, con quien lo une una férrea amistad de hace mucho tiempo. Lamentablemente, no tiene carera política y esto reduce sus posibilidades de acceder a la silla presidencial, aunque los politólogos vernáculos sostienen que durante los primeros tres años de gobierno de cualquier gobernador, éste tiene la sartén por el mango, lo que en otras palabras quiere decir, que el titular del ejecutivo puede posicionar a quien mejor le convenga, ya sea en la presidencia o en la diputación.

Josué Sánchez Rodríguez, es un político imberbe que tampoco tiene carrera política, pero al igual que Inocente Mejía le apuesta al visto bueno del gobernador. Francisco Javier de Dios Ortega, si bien no ha ostentado una cartera vistosa o llamativa, sí se puede considerar como un adversario de cuidado, porque el profesor fue presidente del CDM del PRI donde se fogueó, donde adquirió una gran experiencia políticamente hablando, amén de ser un hombre sencillo, carismático y sociable con toda la gente, y aunque el profe ha dicho que es institucional, es evidente que jugará sus cartas en los comicios venideros.

Mención aparte, merece Javier Cosío Mayorquín, quien desde hace tiempo le ha venido tirando dardos a la silla presidencial. Cosío cuenta con una larga trayectoria política y administrativa. Ha sido diputado, dirigente del Sindicato de la Liga de Comunidades Agrarias y representante del campesinado en el municipio, director de Obras Públicas, actualmente se desempeña como titular del Organismo Operador del Agua Potable y Alcantarillado.

Cosío, en un principio, se colocó como puntero en la carrera hacia la presidencia, pero al destape de Humberto Arellano, se desplazó a segundo lugar, de ahí, que a la fecha ambos priístas encabecen las encuestas, seguidos del notario público, Antonio Sáizar Guerrero. Así las cosas, se podría decir que hasta el momento estos son los tres aspirantes priístas mejor posicionados en el ánimo de la gente.

Pero como lo señalo al inicio de este trabajo, sólo las ciencias matemáticas son exactas, lo que quiere decir que la ciencia política varía según los tiempos y circunstancias, por lo que aquellos que se encuentran en un lugar determinado en estos momentos, las probabilidades de ser movidos, tanto por las condiciones como por las circunstancias, así como por las decisiones cupulares pueden saltar del casillero político, sea para reposionarse o para descender en las tendencias pre-electorales. Así pues, desde esta perspectiva, no hay nada escrito ni seguro para nadie, lo único seguro es que habrá que esperar qué deciden los dioses del olimpo, que son los que tienen la última palabra.