EL MOLUSCO : VIII CHAMANISMO. Ejercicios chamánicos.

(Arturo J. soriano)

13 / Junio / 2013

Decía en la entrega anterior que sólo se cura quién está preparado para estar sano, esto debido a que ninguna pastilla, inyección, o medicamento, teoría psicoanalista, nos da la voluntad de curarnos o la energía para sobrellevar ese proceso. Una persona puede operarse un tumor, pero si cree que con eso se libró de la enfermedad, lo más seguro es que volverá a enfermarse tarde o temprano del mismo padecimiento. Además de la intervención quirúrgica, que es solamente atacar al síntoma físico, es imprescindible lograr la Armonización Energética, que permitirá un adecuado uso dela energía del paciente, para mantener un estado de salud armónica de cuerpo-mente- espíritu, es decir, atacar al problema de fondo. Esta es la culminación de la tarea chamánica.

Debemos reconocer NO QUE ESTAMOS ENFERMOS, sino que somos la enfermedad. Esta es la visión del chamán. También por lo tanto, la de nuestro chamán interior. Ese que debemos ir despertando en nosotros mismos, a través tanto de la conciencia, como de la ejercitación, reconociendo primero que: YO NO ESTOY ENFERMO, YO SOY LA ENFERMEDAD, es nuestro primer paso. El primer ejercicio de reconocimiento de esta visión se le llama: Visualización Creativa, ¿Por qué estas dos palabras? Ver y Crear. Ver el interior de cada uno de nosotrosVer lo que está enfermoPero no quedarse con eso, sino transformarlo, crear. Crear, en principio desde la visiónUn pequeño paso inicial de transformación. Aquí de nuevo es útil la música. Y este ejercicio debe realizarse en soledad, y en el mayor de los silencios posibles Idealmente, sólo deberíamos escuchar la música elegida para acompañar el ejercicio. Llegado el caso, se pueden utilizar audífonos para facilitar la concentración en la música.

Pero este recurso es lo ideal, lo óptimo sería realizar este ejercicio en un ambiente silencioso y que la música fluyera en todo el ámbito, rebotando naturalmente y cubriéndonos, arropándonos. No hay una sola música ideal, para este ejercicio; entonces utilicemos una que personalmente nos haga sentir bien. Lo recomendable es una música con la cual nos identifiquemos individualmente, pero sobre todo, sin voces, sin cantos, porque son muy distractores. Para el tipo de actividad que realizaremos no es conveniente una música estridente, aunque no quiere decir que esté prohibida. Lo central es que nos identifiquemos personalmente con la música. Si fuera imprescindible aconsejar una clase de música, nos inclinaríamos por la música instrumental, en lo posible una formación de pocos instrumentos, y un estilo de líneas melódicas continuas que se presten a ser seguidas por nuestra mente.

Por ejemplo, cualquier sonata para violín y piano, cualquier música de flauta, acompañada por otro instrumento o música para instrumentos solistas, violín, guitarra, piano, sax, etc. Como en anteriores ejercicios, lo primero es sentarnos con toda comodidad, para que nuestra mente no se distraiga pensando en que nos duele la espalda, en el hormigueo de los dedos del pie o en las piernas. Las luces deben estar muy bajas, tenues, suaves, casi a oscuras (es válido utilizar la luz de una veladora o colocarle un pañuelo a una lámpara para cubrirla, y atenuar

La luzo utiliza focos de 10 Wats, preferentemente de color violeta, que es muy positivo desde el punto de vista energético. Una vez ubicados y con la música sonando en el ambiente, empezaremos por practicar la respiración libre. Cuan ya nuestra respiración fluye por sí sola, sin que estemos pensando en ella, nuestra mente será quien nos ayude a realizar la visualización creativa, continuaremos