Visión Política

Por: Edmundo Virgen

18 / Junio / 2013

Los indígenas de la SIERRA del NAYAR siguen padeciendo el peor de los abandonos y pésima atención de parte de las autoridades, tanto de su presidente municipal Pedro de la Cruz Flores, como del Delegado de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) Sergio González García el Pipiripau y para colmo de males, también tienen que enfrentarse a la indiferencia con que son tratados por su diputado de la sierra. Total que los habitantes de la sierra nayarita viven una de sus peores etapas al contar con autoridades que se niegan a ayudarlos en los problemas que más les afecta por mínimos que estos sean y los hechos hablan por sí solos; ya que hace un par de semanas se registró el lamentable deceso de una mujer de la etnia Cora y sus parientes intentaron por todos los medios de localizar al delegado de la CDI en la entidad para solicitar su intervención y poder hacer frente a los gastos que esto conlleva, solo que el delegado de la CDI se les hizo ojo de hormiga, por ningún lado lo pudieron localizar.

Hay quienes aseguran que el funcionario federal andaba practicando el deporte que más le gusta, el Jaibol, ya que es muy afecto este tipo de aficiones y pasatiempos, y como suele suceder en estos casos jamás pudieron localizarlo, en sus oficinas se los negaron y el celular, obviamente jamás lo contestó. Con lo anterior se pone de manifiesto que en esta dependencia que es responsable de ofrecer la debida atención a los indígenas de la sierra nayarita, todo avanza como los Cangrejos, para atrás, y los más amolados son todas las etnias que habitan este gran estado, que tienen que padecer la presencia de esta clase de funcionarios irresponsables que están impuestos a despachar desde sus oficinas y les importa un verdadero comino el acudir a la sierra para ver las condiciones de marginación y pobreza en que viven niños, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres, ya que lo único que les interesa es salir en la foto y estar en la nómina, y eso de emprender proyectos que puedan ser viables para aminorar en alguna proporción las condiciones de atraso y miseria que afecta a toda esta gente de la sierra, pues no les importa, porque afortunadamente ellos viven muy bien, rodados de lujos y comodidades como es el caso del Pipiripau, que como alcalde de Santiago Ixcuintla se dedicó a saquear el presupuesto municipal dejando en la peor de las crisis económicas al ayuntamiento santiaguense.

Definitivamente, con esta clase de funcionarios vaquetones al frente de la CDI lo único que les puede esperar a las etnias de la sierra es lo peor, ya que están impuestos solo a buscar beneficios personales y a sus representados simplemente que se los lleve el tren. Y del Presidente Municipal del Nayar, Pedro de la Cruz Flores, les diré que a pesar de ser un autentico Cora, nada se preocupa por disminuir los numerosos casos de muertes que se presentan en su municipio y mucho menos de mejorar la calidad de vida de los pobladores. Cabe comentar que en la sierra uno de los graves problemas que se presentan es la comunicación entre los pueblos porque no existe el transporte público necesario, y ni los caminos de terracería como ocurre en los demás municipios del estado, y ante estas circunstancias el indígena tiene que caminar grandes distancias hasta que logra encontrar un vehículo que les de raite, siempre y cuando, no se trate de la Ford, Lobo, color negro, que maneja su presidente municipal, ya que este edil tiene por costumbre no dar raites; precisamente este comentario lo hago porque una joven mujer que era llevada por su esposo al hospital de Jesús María, casualmente se toparon con su alcalde al volante de la camioneta descrita y al hacerle la señal del raite ni siquiera los miro, solo los baño de tierra y esta fue la causa de que la mujer no fuera atendida a tiempo en el nosocomio y días más tarde lamentablemente falleció, según palabras de un indígena de nombre Cándido. Hay que señalar que las ambulancias en la sierra no existen, son lujos a los que el indígena aún no tiene acceso, aunque hubo un gobernante que en una ocasión envió una ambulancia pero por falta de mantenimiento quedó fuera de servicio. Esto solo es parte de lo que sucede en la Sierra del Nayar, una de las regiones más abandonadas de México.