Águeda Galicia dice ser domadora de alcaldes

05 / Julio / 2013

Por: MARIO LUNA

La líder estatal del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios,-SUTSEM- la diputada, Águeda Galicia Jiménez, no se ha andado por las ramas, y menos se a amedrentado porque algunos presidentes municipales le han querido echar bola a ella sola, ya que calladita, y sin poses fanfarronas, les ha estado dando una soberana paliza hasta por debajo de la lengua a todos los alcaldes y juntos.

Hasta este momento, se sigue demostrando que la dirigente del SUTSEM, ha tenido la razón en su postura y acciones que ha asumido y realizado con sus agremiados, para presionar y exigir que cada uno de los alcaldes paguen lo que les deben a los trabajadores y que además es un derecho laboral aceptado por administraciones anteriores y actuales.
Es por ello, que la señora Martha González Peralvillo, quien es trabajadora de gobierno, dijo que a Águeda Galicia no le hacen falta para nada los pantalones, para fajarse muy bien en sus exigencias, ya que le sobran vestidos los cuales los trae a la medida.

Refirió que poco a poco, los alcaldes de los diferentes municipios, han estado aceptando las demandas laborales que en su momento la dirigente sindical había expuesto para que fueran cubiertas por los munícipes, pero que éstos por protagonizar escándalos a falta de trabajo, se unieron como pandilleros, para echarle bola y pelea a Águeda Galicia, sola, pero ni sola la han podido doblegar y ella por el contrario los ha estado exigiendo que ni todos ellos juntos pueden con ella.
Es por ello que manifestó que es indudable que sea en este mes cuando se puedan tener soluciones definitivas, cuando los alcaldes paguen en su totalidad lo que deben a los trabajadores, porque de lo contrario, ya están cantadas las manifestaciones y paros laborales.

Del mismo modo destacó Martha González, la reunión sostenida entre Águeda Galicia Jiménez con el presidente municipal de Santiago Ixcuintla, Pavel Jarero, a puerta cerrada, esto para que nadie se diera cuenta de la soberana sarandeada que le puso la lideresa, para que entendiera que a los trabajadores se les debe de pagar sin obstáculo alguno.