SANTOS DEGOLLADO, EL OTRO BENEMÉRITO.

Por: Aurelio Morán Cáceres

24 / Julio / 2013

Parte 1

Guanajuatense de una vasta cultura y espíritu universal, desde su casa paterna vive en un ambiente nacionalista; su padre Francisco Degollado, de mediana posición socioeconómica, partidario de la independencia, al no desistir de sus convicciones, es despojado de sus bienes por las autoridades virreinales. En 1817, huérfano, con seis años de edad, Santos Degollado Sánchez (su nombre original José Nemesio Francisco), vive con su tío Mariano Garrido, presbítero en la ciudad de México, en la aún Nueva España, donde la rebelión independentista, después de las derrotas de Hidalgo en 1811 y de Morelos en 1815, entraba en una etapa de resistencia encabezada por Guerrero. Los cambios políticos en España repercuten en el pensamiento de los criollos novohispanos inclinándolos cada vez más, por apoyar la independencia como una mejor opción para sus intereses.

Terminada la guerra, la vida independiente de México inicia con la creación del Estado de Michoacán en 1824, en donde el tío Mariano es reubicado, como párroco en el templo de San Diego Cocupao, hoy Quiroga, ahí Degollado se desempeña como su ayudante. En 1928 se va a trabajar, en la Catedral de la ciudad de Morelia (Valladolid hasta 1825), donde permanece alrededor de veinte años, como administrador-contador. Desenvolviéndose en un ambiente religioso de clero bajo, desarrolla su mística nacionalista e independentista sin dejar de ser un joven fervoroso, creyente y con una gran disciplina para el estudio de las nuevas ideas que circulaban de los enciclopedistas europeos; realiza estudios de historia universal y teologal, jurisprudencia, filosofía, física, etc.

Sus firmes convicciones liberales y republicanas lo acercan a la masonería, perteneció a la Logia simbólica fraternidad y ciencia, en Michoacán y posteriormente a la Logia de Jalisco, del rito York. En 1836 a la edad de 25 años, se afilia al movimiento federalista, influido por los primeros reformistas como Gómez Farías y Ramos Arispe; contrario al centralismo que los conservadores de esa época como Anastasio Bustamante y el omnipresente Santa Anna, implantaron en su oportunidad, implicando la pérdida de la soberanía de las Entidades Federativas, para convertirlos en Departamentos, dependientes totalmente del poder central. Este centralismo es uno de los justificantes para que los habitantes anglosajones de Texas declararan la guerra, para independizarse de México, que culmina en abril de 1836. El proyecto de Reforma liberal, por estas fechas, aunque ya había madurado ideológicamente, al parecer no estaban dadas todas las condiciones para establecer un nuevo orden.

Degollado se plantea desde el principio el objetivo de colaborar para terminar de construir primero la patria y luego que esta fuera una república liberal, justa y en un ambiente de paz, y a este fin se entrega por completo, incluyendo en ello su vida misma. Su primera participación política es en 1845 como diputado local, colaborando con Mariano Salas y Melchor Ocampo para reinstalar el federalismo. Es en este año que es perpetrada la guerra de agresión de los Estados Unidos, que culmina en 1848 con la pérdida de la Alta California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado, Utah y parte de Wyoming, cuando Santa Anna ocupaba el poder.

Desempeña luego el cargo de Secretario de la junta subdirectora de estudios de Michoacán nombrado por su gran amigo, el Gobernador Melchor Ocampo. Con ese puesto gestiona, la reapertura del Colegio de San Nicolás, dentro de una disciplina científica y laica, del que llega ser Rector. Es tal su prestigio intelectual que demuestra en sus años al frente del Colegio, que cuando Ocampo renuncia a la gubernatura de Michoacán, Degollado es nombrado Gobernador interino del 27 de marzo al 6 de julio de 1848.
En 1854 se suma al Plan de Ayutla, que propone la Reforma, encabezado por Juan N. Álvarez, con el que retiran definitivamente a Santa Anna del poder; sin ser un militar de carrera pero si un gran organizador, Degollado, participa decididamente a las acciones de guerra, en sus primeras campañas, entre abril y agosto, derrota a los santannistas en Puruandiro, en La Piedad, en Zapotlán y en Guadalajara. Después del triunfo de la revolución de Ayutla, en 1856, Comonfort, que sustituye a Álvarez, lo nombra Gobernador y Comandante de Jalisco, cargo que ocupó entre enero y mayo. Luego en 1857 acude al Congreso como Diputado constituyente, apoyando: la Ley Juárez sobre administración de justicia para la eliminación de privilegios; la Ley Lerdo sobre la desamortización de las fincas rusticas y urbanas, tanto civiles como eclesiásticas que se encuentren ociosas o arrendadas; la Ley Iglesias sobre las obvenciones parroquiales que le daba al clero derechos de cobro de todos sus servicios y otras que en conjunto conocemos como las Leyes de Reforma. Siendo Juárez Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Degollado es nombrado magistrado. Ya aparecen en el gabinete, además de Benito Juárez, Guillermo Prieto y Melchor Ocampo entre otros.