Antorchistas causan caos vial en Tepic, líder pide hasta auto del año

*Quiere que le den la luna y las estrellas, para él solito, el hambre de sus seguidores para nada le interesan, pero lo utiliza para enriquecerse en lo personal

25 / Julio / 2013

Por: MARIO LUNA

El dirigente del movimiento Antorcha Campesina en el estado, el rarito, Héctor Hugo Villegas Severiano, volvió a causar caos vial, al bloquear las principales avenidas de la ciudad, el día de ayer, en demanda de una serie de exigencias fuera de lo normal, con la finalidad de llamar la atención y de querer llevar beneficios personales.

Desde las 10 de la mañana, inicio el calvario para los automovilistas, sobre todo para los del transporte urbano que llevan tiempo medido, ya que dicha movilización dio lugar en Ley Mololoa, ocasionando bloqueos, por toda la avenida México, Francisco I. Madero, Victoria, no se diga el centro de la ciudad, que era un manicomio.

Tal como ya lo había anunciado con mucha anticipación Héctor Hugo Villegas Severiano, de que realizarían una manifestación con 4 mil antorchistas de diferentes estados del país, que conforman la región occidente, exigiendo atención y sobre todo respuestas positivas a todas y cada una de sus demandas, que quieren que el gobierno les cumpla al pie de la letra.

Y aunque la movilización no fue del tamaño que dijera, ya que con mucho esfuerzo se puede asegurar que solo asistieron unas mil 500 gentes, eso no fue obstáculo para pararse frente a palacio de gobierno exigiendo cumplimiento a sus peticiones, así como antes, lanzar consignas contra el gobierno de Roberto Sandoval.

El incumplimiento a dichas peticiones el propio dirigente de Antorcha Campesina, lo sabe muy bien, que se deben a que no se puede cumplir con todo lo que piden y en esas dimensiones, ya que el gobierno está para apoyar a todas las organizaciones sociales y no solo a una, como ellos pretenden, de ahí, que negociaciones no se pueden dar, primeramente porque Héctor Hugo Villegas Severiano, no quiere negociar, ya que lo que exige quiere que se lo cumplan tal como él lo está solicitando.

Lo que es incongruente es que este dirigente de modales muy finitos y delicados, pese a que quiere que el pueblo le crea que no tienen ni para comer, él, se la pasa de manera continua en un restaurante de un hotel del centro de la ciudad, comiendo hasta hartarse, vistiendo ropa de marca, desde pantalones, camisas, cinturones, y el calzado del mismo modo, lo que habla de que estos movimientos sociales, solo le sirven para estarse enriqueciendo a costillas de la ignorancia de sus seguidores.