Tras muerte de enfermera, Fiscalía consigna por responsabilidad médica

05 / Agosto / 2013

Por Oscar Verdín Camacho

La Fiscalía General del Estado (FGE) concluyó la investigación por el fallecimiento de una enfermera hace dos años, meses después de una fallida operación, determinando la consignación de un médico anestesiólogo, aunque no el ejercicio de la acción penal contra la doctora encargada de la intervención.

El caso de María Luisa Venegas García, al que este reportero ha dado seguimiento, inició el 31 de enero del 2011 cuando fue operada en el hospital 1 del Seguro Social por un padecimiento en la matriz que le generaba fuertes dolores. Sin embargo, desde esa fecha no recuperó el conocimiento y murió el 24 de septiembre del mismo año.

Ahora se conoce que la FGE ha decidido no ejercitar acción penal contra la doctora Silvia Conchas Lomelí, pero sí lo habría hecho contra el anestesiólogo Jorge Murillo Avilés, como presunto responsable de los delitos de responsabilidad médica y técnica.

Según se conoce, inconforme con la decisión de la FGE, un familiar de Venegas García –al morir contaba con 40 años y tres hijos- presentó un recurso para que un juzgado revise el fallo dictado a favor de Silvia Conchas, sin embargo un agente del Ministerio Público lo rechazó, justificando que el expediente ya estaba en manos de un Juzgado Penal por la consignación contra el anestesiólogo.

Esa situación ha generado suspicacias, puesto que no se dejaron copias certificadas del expediente a sabiendas de la posibilidad del recurso de revisión.

Por ello ya fue presentado un juicio de amparo contra un agente ministerial de la Fiscalía General con el fin de que acepte el citado recurso.

MAL PRESENTIMIENTO

De acuerdo con actuaciones que constan en la averiguación previa TEP/II/AP/2060/11, durante la operación María Luisa cayó en un paro cardiaco, del que ambos médicos han negado responsabilidad.

Pero la gravedad del asunto motivó que otros médicos anestesiólogos que laboraban ese día en el Seguro Social fueran llamados al quirófano, para que auxiliaran en la toma de decisiones.

El 18 de mayo del 2011, el anestesiólogo Jorge Murillo Avilés respondió a la denuncia por escrito, a través de sus abogados.

Explicó que a las 6:25 de la tarde del 31 de enero del 2011 tuve a la vista por primera vez a la Sra. Venegas, en una camilla en el pasillo de quirófanos, sosteniendo un diálogo con ella para estudiar su situación, instaurando como plan anestésico la realización de una anestesia regional lumbar (bloqueo peridural lumbar).

Colocada en la mesa de operaciones, el médico hace una descripción de los procedimientos de anestesia efectuados, indicándole al médico cirujano que podía iniciar la cirugía y ya en cavidad abdominal e inmediatamente posterior al pinzamiento de estructuras uterinas, se presentó un descenso brusco de la frecuencia cardiaca de 100 a 42 latidos por minuto y de la presión arterial de 154/98 a 100/40 milímetros de mercurio.

Inmediatamente administré Atropina vía intravenosa 2 dosis: 0.6 + 0.6 mgs con intervalos de 2 minutos entre una y otra dosis, sin respuesta del aumento en la frecuencia cardiaca, presentándose paro cardiaco aproximadamente a las 19:28 horas, por lo que de inmediato solicité apoyo

Indicó que unos 30 minutos antes de que terminara la cirugía, la paciente presentó elevación de la presión arterial, y que la operación finalizó aproximadamente a las 21:33 horas.

Del quirófano, María Luisa Venegas pasó a terapia intensiva. Y nunca más recuperó el conocimiento.
Por su parte, el 19 de mayo del 2011 la doctora Conchas Lomelí compareció ante un agente del Ministerio Público.

En lo que representa un apunte dramático, la propia doctora narró que María Luisa Venegas estuvo inquieta cuando supo que su médico tratante no la operaría. ¿Era como un mal presentimiento?.

Así apuntó su declaración la doctora Conchas Lomelí:

Que el día 31 del mes de enero del presente año, 13:30 horas, al estar pasando visita a los pacientes hospitalizados, mi residente Jorge Hidalgo me informó que iba tener una operación de histerectomía abdominal por miomatosis, en suplencia del doctor Raúl Arturo Jiménez, misma que él tenía programada para el mismo día, por lo que al ser notificada de la operación decidí trasladarme a la cama 1-15-2 del área de ginecología con la hoy ofendida de nombre María Luisa, con la finalidad de entrevistarse antes de dicha operación para platicar en qué consistía y más que nada para que estuviera tranquila y no entrara en nerviosismo, por lo que al saber la ofendida que yo la iba operar empezó a renegar ya que ella quería que fuera operada por su doctor tratante de nombre Raúl, por lo que le notifiqué que nada más se desocupara la sala de quirófano iba a pasar a operarla

Por lo que al acudir para operarla, se encontraba en el quirófano el doctor anestesiólogo Jorge Murillo Avilés, el residente Jorge Hidalgo, el médico internista Benjamín Zavala Retes, por lo que al ver que ya estuviera todo listo para proceder a operar, empecé a realizar mi trabajo de acuerdo a la especialidad de ginecología, tardando aproximadamente 1:30, una hora con 30 minutos en quitar el útero, ya que se encontraban tumores llamados miomas, por lo que al ser un éxito y sin presentar complicaciones de acuerdo a lo que me tocaba realizar dentro de la operación, me retiré del quirófano sin ningún problema.

Al día siguiente, por comentarios del residente Jorge Hidalgo me comentó que la paciente se encontraba en terapia intensiva porque no había despertado, todo a consecuencia de las altas cantidades de anestesia que le proporcionaron el médico anestesiólogo.

En su declaración, la doctora no hizo referencia a la situación crítica citada por el anestesiólogo, por la que incluso pidió apoyo.