Rompe el silencio Héctor Totín Santana en el caso del hotel Estefanía

06 / Agosto / 2013

Por José María Castañeda

SANTIAGO.- Mucha tinta se ha gastado en torno al juicio que en los tribunales se ventila por la posesión del ‘Motel Estefanía’, que construyera el empresario Héctor Santana (a quienes sus amigos identifican como el Totín) en un predio de 20 metros por 40 de fondo que aseguran no era de su propiedad y que ahora construido sobre lo que antes era una laguna basurero. Ahora su dueña pretende venderle al mismo en un millón de pesos.

Sobre el caso el reportero de Vanguardia entrevisto a Héctor Santana, quien al respecto dijo en primer lugar es una historia muy larga que contar. Yo esos terrenos se los compre al señor Mariano Nieblas, de ahí del poblado de la Presa. Mira, cuando andaba en campaña Raúl Mercado, creo que para diputado federal, estando afuera de su casa me ofreció los terrenos, yo quería poner una bloquera, y de ahí se vino la idea de construir el motel. Yo a él le compre los dos terrenos, estaban juntos y por ahí involucro creo que a su comadre la señora ¿cómo se llama? -le pregunto a su asistente Pedro Cano Sandoval, ‘Florentina’, dijo-. Ellos traen ahí su enredo -volvió a tomar la palabra Santana-, yo luego de la compra venta acudo con el Notario Jesús Riojas, y me hacen unos poderes con los títulos de propiedad; yo le compré a Mariano Nieblas –insistió-, Mariano me entregó los títulos, uno creo que estaba a nombre de su mamá, y el otro estaba a nombre de la comadre Florentina. Yo le compro, hago mi proyecto, vengo al ayuntamiento, pago los permisos de construcción luego que me midió -no recuerdo si fe Nava, o Fidencio Márquez-, lo cierto es que por eso fue que construí porque el Ayuntamiento me avaló, me dio los dos lotes con los certificados que yo traía. Para esto duré dos años y medio haciendo yo el motel. Termino el motel, que está a nombre de mi papá y de mis hermanas; yo no tengo nada que ver ahí porque yo tengo otros negocios, y ahí entra la familia. Termino el motel, y después de un año llega una señora, que es la señora con la que tenemos el juicio, y me dice que ese es su terreno, y yo le pregunto que cual y ya me dice que ese donde está el pleito ahorita.

Debo de decir que el terreno donde se edifica ahora el hotel Estefanía era una laguna, yo lo rellene, lo acomodé y empezamos la construcción, y el problema del pleito es el terreno que está a un lado. Y yo le digo a la señora si ese es el problema ¿usted trae su papel?... yo también traigo el mío, yo no sé cuál es el de verdad, y le dije quédese con el de enseguida que mide lo mismo; hay dos terrenos que están al lado del hotel que son de ella, y entonces fue cuando le dije ‘bueno si quiere yo se los compro, no nada más le compro este le compro los dos’, y aquí ella sabe que todo esto lo rellene. Yo al ver la renuencia de la señora, le dije ‘oiga, yo le compro, y usted no me vende ¡entonces lo que usted quieres es lana!’. Mira, después de que se da el juicio y se hace todo el trabajo, la sentencia sale a favor de ella, llega la licenciada y haz de cuenta que a nosotros nos quitaron todo. O sea, llega y dice ‘esto es de la señora, se va con todas sus propiedades’, no sé cómo está el asunto ahí. Entonces yo voy a platicar con la señora para llegar a un buen término, y le vuelvo a decir que le compro los dos terrenos, y ya fue cuando ella me dijo ‘yo quiero un millón de pesos por el terreno’, entonces yo, le dije ‘señora por favor, aquí cuestan mil pesos los terrenos o 2 mil pesos’. Ese es el problema que entablamos a juicio, mismo que yo sigo en Tepic, en lo federal y todo ese rollo; y es que si yo cometí el error, pues lo cometí. Te vuelvo a repetir tengo el titulo tengo el poder, y ahí si ahí está el detalle pero así está el asunto. Yo quisiera, porque vi tu nota en el periódico, y quise ir a aclarar el asunto, pero antes quiero ver como se da el asunto jurídico, y si me tengo que acomodar con la señora pues igual me acomodo aún que se me hace una cantidad estratosférica la que está pidiendo la señora. Considero que está actuando con alevosía y ventaja, y esto es el factor dinero y aquí hay que ver muchas cosas y en eso estamos, traigo abogados pero no se trata de eso; se trata de arreglar las cosas como debe de ser. Yo le dije incluso a la señora ‘oiga si me vio aquí construyendo ¿porque jamás me dijo nada, dos años y medio pasando por ahí y jamás reclamo?, nada. Te aseguro que si hubiera reclamado a tiempo ahí nos hubiéramos acomodado pero si lo veo como sus abogados lo vieron; con ventaja, pero pues no me quiero meter en camisa de once varas. Ahorita estamos viendo el asunto en Tepic, con mis abogados aunque sé que todo esto es muy desgastante ya que la señora ya quiere hasta rentar los cuartos del hotel, cuando esto todavía no termina. Explicó el empresario constructor Héctor Santana.