Ante la falta de oportunidades crece la prostitución en Acaponeta

09 / Agosto / 2013

Por: Juan Fregoso

Acaponeta, Nayarit.-En épocas recientes el problema del narcotráfico ha sido tema que ha invadido los espacios de la prensa escrita y las pantallas televisivas. A diario nos acostamos y despertamos con las noticias de que en tal o cual estado hubo un enfrentamiento de las fuerzas del orden contra presuntos delincuentes, este es el pan de cada día que consumimos lectores y televidentes.

Sin embargo, pareciera que todo esto es una cortina de humo que nos tiende el gobierno para no caer en la cuenta de los grandes problemas nacionales que existen, es como si trataran de aislarnos de todo lo demás que ocurre en nuestro país y, por qué no decirlo, del resto del mundo. Pero, no es nuestra intención, por esta vez, ocuparnos de lo que acontece en otras latitudes, sino de lo está ocurriendo en nuestro municipio.
En este sentido, nos vamos a enfocar someramente sobre el problema de la prostitución, no porque sea algo novedoso, sino porque últimamente se ha venido acentuando de manera notable. Acaponeta cuenta con centros destinados especialmente a la explotación sexual, pero también hemos advertido que en bares y cantinas denominados eufemísticamente centros familiares, se ejerce el oficio más viejo del mundo, allí—en esos lugares—lo mismo se pueden ver mujeres maduras que jovencitas, entre 13 o 14 años de edad; en su mayoría provienen de las comunidades serranas.

Myrna—así dijo llamarse—una indígena a la cual le pregunté el porqué se dedicaba a esta profesión, me respondió tímidamente que ella y otras de sus compañeras llegaron a la ciudad para trabajar en alguna casa decente, pero son muchos los requisitos que les piden y, además, el sueldo que les ofrecen nos les alcanza para nada, me dijo, por eso estamos aquí—en un antro céntrico—que aparentemente funciona como restaurante, pero por las noches se convierte en un lupanar.

Como esta jovencita hay muchas en otras cantinas. Los motivos que aducen para trabajar en esos lugares son muy distintos, por ejemplo, hay algunas que dicen que las abandonó el marido, otras que fueron violadas por su padrastro e incluso por su propio padre, pero cualquiera que sea la verdad, el asunto es que la prostitución va en ascenso y a nadie parece importarles este problema social, que puede derivar en el contagio de enfermedades venéreas, aunque tal parece que ni a ellas les interesa contraer una enfermedad, pues lo que buscan es ganarse unos pesos para mal comer, pues lo que cobran es insignificante, como en el caso de Myrna, quien dijo cobrar de 50 a 100 pesos por un acostón. Myrna no es muy agraciada que digamos, sólo su juventud atrae a los hombres; tampoco está fogueada en el sexoservicio, y esa falta de experiencia la hace vender su cuerpo a un precio irrisorio como infamante.

Pero las verdaderas profesionales te cobran entre 200 a 500 pesos, ya tienen colmillo, ya que incluso suelen cobrar por adelantado, porque si no, no hay de piña, te dicen. Las profesionales tienen una ventaja y una desventaja; la primera, es que saben hacer el trabajo; la segunda, es el riesgo que corre el cliente al acostarse con alguna de ellas, porque ya están bien correteadas en el bajo mundo de la prostitución.

Pero si usted quiere tener u obtener un excelente trabajo, busque en facebook mujer luna bella. Es una chica teibolera de 21 años, que sin rubor alguno proporciona sus tarifas por sus servicios sexuales. Explica que por un baile privado de diez minutos, cobra 180 pesos. Por sexo oral, 950 durante 20 minutos, servicio completo, mil 250 por media hora; para sexo anal el cliente tendrá que pagar adicionalmente 600 pesos. Por compartir una copa, 110 pesos, un shot de tequila por 150, y por acompañar una botella 380 pesos. Los que quieran un show privado por cámara deberán pagarle mil 500 pesos por hora.

Desde luego que las damiselas de Acaponeta no se pueden comparar con esta chica por muchas razones, salvo en una cosa, que al igual que la mayoría de las mujeres que viven de su cuerpo, provienen de familias humildes o de hogares desintegrados. Podría decirse que son mujeres que no tuvieron la oportunidad de estudiar una carrera que les permitiera conseguir un trabajo digno y serle útil a la sociedad, una sociedad que las estigmatiza y las relega, cuestionando lo que hacen, pero no porqué lo hacen. ¿Usted, qué opina?