EL IV PODER: *Los contrastes del informe presidencial

Por: Juan Fregoso

05 / Septiembre / 2013

Dos notas esenciales destacaron en el Primer Informe de Gobierno del presidente de la República, Enrique Peña Nieto: la manifestación de los maestros integrantes de la CNTE, que rechazan la aprobación de la Ley de Servicio Profesional Docente, y la otra, una salva de aplausos de sus panegiristas que hacían casi imposible escuchar el mensaje presidencial.

Por lo demás, tal vez inconscientemente, el primer mandatario reconoció que en estos primeros nueve meses de su gobierno no alcanzó la meta que se impuso para incrementar la economía de México. No obstante a que la Encuesta Mundial sobre Perspectivas de Inversión 2013-2015, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, situó a nuestro país en la séptima posición, después de haber estado en la doce, por ello Enrique Peña Nieto señaló que somos conscientes de que aún faltan pasos para alcanzar un México próspero; no podemos conformarnos con un crecimiento como el que tuvimos en el primer semestre de este año, expresó.

Peña Nieto, aseveró que tal situación se debe a la recesión extranjera, y sin quitar el dedo del renglón pidió al Congreso de la Unión su respaldo para aprobar lo que más le interesa en este momento; las reformas educativa, energética, hacendaria y de telecomunicaciones. Sólo los mexicanos, dijo, podemos quitar, de una vez por todas, los frenos que han limitado el crecimiento económico; por ello resulta trascendental concretar las reformas financiera y energética, así como la hacendaria, que presentaré en próximos días, para que México pueda acelerar su desarrollo.
El Jefe del Ejecutivo hizo alarde de que en su gobierno ha disminuido el número de ejecutados, principalmente en los estados de Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo León. Sentenció que en ninguna parte del país debe haber ciudadanos que se encarguen de aplicar la justicia, porque esa tarea es exclusiva del Estado. Asimismo—cómo dejar de hacerlo—celebró el trabajo legislativo por haber aprobado la Ley del Servicio Profesional Docente, lo que reconoció como un paso trascendental para la educación en México y hasta reprobó el ausentismo de los maestros, como si tratara de avivar el fuego de la inconformidad de muchos docentes que escuchaban su insulso discurso. Fue como mencionar la soga en la casa del ahorcado, pero seguramente quien le redactó el discurso no tuvo en cuenta este delicado detalle.

En su primer Informe de Gobierno, Peña Nieto dijo que desde su arribo al gobierno decidió combatir la inseguridad con más inteligencia y menos fuerza, sin embargo, cuando afirmó que en ninguna parte del país debe haber ciudadano que se encarguen de aplicar la justicia, porque esta es una función del Estado, en realidad quiso decir que sólo el aparato estatal tiene el derecho de hacer uso de la ley del garrote. En efecto, la Constitución prohíbe hacerse justicia por su propia mano, pero también es cierto que las autoridades de los tres niveles, generalmente no cumplen con su cometido, por lo que ante esta situación los ciudadanos quedan desamparados frente a los poderosos, los cuales sí pueden tomar la ley en sus manos para abusar de los más débiles, y esto lo hacen con el beneplácito del gobierno, porque son los intocables por un sistema represivo, pero a esto al presidente parece no importarle.

En cambio, se vanaglorió de su nueva política de seguridad, la cual promueve la coordinación entre los estados, la policía y el Cisen, para formar un frente común contra la delincuencia. Y agregó; hoy se tienen más y mejores herramientas de inteligencia. Gracias a ello de los 122 delincuentes más buscados se ha logrado que 65 no sean más una amenaza para la población. Sin embargo, desde el punto de vista dialéctico tal aseveración además de ser una contradicción es una burla, porque por un lado Enrique Peña Nieto presume la detención de más de sesenta delincuentes, pero deja libre a Rafael Caro Quintero y al hermano incómodo del ex presidente Carlos Salinas, Raúl Salinas de Gortari, quien fue absuelto recientemente y, lo peor, éste no solamente recobró su libertad, sino además la exorbitante fortuna que amasó durante el salinato. Peña Nieto se enredó en el hilo de su propio discurso al no calibrar el peso de sus palabras, que lo llevaron a una especie de laberinto psicológico, pues es un absurdo que hable de la aprehensión de algunos delincuentes y les conceda la libertad a otros no menos peligrosos, por supuesto, podrá argumentar que esto lo hicieron las autoridades judiciales, pero sin duda, él es el responsable directo como Jefe de la Nación.

En el rubro de derechos humanos el presidente mencionó la creación de la Ley General de Víctimas, la cual se llevó a cabo gracias a los esfuerzos del periodista, Javier Sicilia. No fue un acto emanado de la buena voluntad del gobierno peñanietista, sino producto de una ardua lucha encabezada por el poeta, con la participación de otros sectores sociales. También se refirió a la creación de un Código Penal Procesal aplicable para todo el país, como si la comisión de hechos delictuosos no estuvieran contemplados y sancionados por los ordenamientos estatales, en este sentido, pareciera que se estaría vulnerando la soberanía de los estados, pero en la lógica del presidente todo es posible.

En lo que respecta a la política social el mandatario anunció la incorporación de una política de género, para que todos los habitantes gocen de los derechos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por ello, decidió instrumentar la Cruzada contra el Hambre, a través de la cual, ya se han entregado apoyos a más de 200 mil familias. Aseveró que el Programa Oportunidades se fortaleció y por primera vez los recursos llegan a más de 30 mil localidades, principalmente indígenas. Asimismo, se coordinan esfuerzos institucionales en acciones de salud, educación, vivienda y caminos rurales, dijo el titular del Ejecutivo.

Pero lo que no dijo es que Oportunidades es un programa selectivo, que excluye a personas que no pertenecen al PRI y que en cambio son beneficiadas aquellas que militan en el tricolor, aunque no tengan ninguna necesidad, eso es comprobable con tan sólo realizar un estudio socioeconómico, mediante el cual se podrá detectar que muchos afiliados a dicho programa tienen casas de dos pisos y hasta carros y se les apoya, en contraste hay muchas familias que carecen de lo más indispensable y, sin embargo, no reciben el apoyo.

El presidente, tampoco dijo que en 2011 fallecieron alrededor de 11 mil personas por hambre, lo que demuestra que la famosa Cruzada contra el Hambre ha resultado un fracaso. Tampoco mencionó en su Informe que la titular de Sedesol, la ex perredista Rosario Robles, es la más beneficiada al celebrar convenios con PepsiCO y Nestlé, señalas por organizaciones como El Poder del Consumidor de ser responsables de los altos índices de obesidad y mala nutrición de los mexicanos. Así pues, el Primer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, soslayó datos importantes, es decir, su mensaje fue taxativo, insuficiente para un pueblo que quería enterarse realmente del estado que guarda la administración pública federal, pero eso sí, el mandatario remarcó que Pemex no se privatizará, que seguiría siendo patrimonio de los mexicanos, cuando es una gran mentira que ni él mismo se la cree, pues su reforma energética hacia allá apunta. Al tiempo.