Con visión ciudadana: De aquellos espíritus inquebrantables

Enrique Vázquez Coronel

23 / Septiembre / 2013

El segundo informe de gobierno, del edil tepicense, Héctor González Curiel, está a la vuelta de la esquina, sin duda no hay momento más complicado que el de las evaluaciones, bastará hacer un poco de memoria para regresar a aquellos lejanos tiempos escolares donde era prácticamente una pesadilla llegar a los tiempos de exámenes, más aun cuando era el momento de recibir las calificaciones de estas evaluaciones, aun para quien imprimía todo su esfuerzo y a final de cuentas salía bien librado, era un momento de tensión no es sencillo para nadie pues, llegar a ese momento donde es necesario regresar por sus pasos, analizar lo hecho y llegar a la conclusión de si obramos bien u obramos mal, y bueno esta línea de pensamiento la encontramos en tratándose de uno, de nuestras acciones y nuestras consecuencias, somos nosotros los que medimos y juzgamos el desempeño que tuvimos, las implicaciones quedan entonces en la interioridad de nuestra persona, pero y si el supuesto fuera que la evaluación es exterior, que una colectividad de 500 mil personas conocen y evalúan cada acción tomada, eso, eso si es complicado.

Precisamente es lo que tendrá que vivir el munícipe González Curiel y aunque habrá quien a diferencia de el, tenga la piel muy gruesa y de la función pública solo vea ingresos personales o formar una pensión para el retiro, los hay como el popular torito quienes son honestos, quienes se comprometen con sus gobernados, quienes ven en cada acción el fruto de su arduo trabajo y esperan que no solo sea de utilidad lo materializado, que dure y cumpla con las expectativas, pero que principalmente sea del agrado de los ciudadanos, lo que en su conjunto es probablemente la tarea más complicada, pues como ciudadanos nos cuesta trabajo definir que queremos en nuestra ciudad y las buenas acciones nos pasan algo desapercibidas pero las negativas, son otra historia.

Tomando en cuenta todo lo anterior, podemos afirmar con entera certeza que el ingeniero Héctor González Curiel, pasará con creces sus evaluaciones y si bien cada día ha sido una prueba compleja para su temple y carácter, ha tenido gran éxito encarando cada problema con la practicidad que el estudio de las ciencias exactas le ha dado, logrando en cada ocasión solucionar por completo o en su defecto remediar en su mayoría las situaciones adversas, proezas que dicho sea de paso han sido monumentales, quizá ningún alcalde antes había enfrentado semejante adversidad como si lo ha hecho el primer edil tepicense.

A la fecha, ya entrando en la recta final de su muy accidentado mandato, nadie podrá negar que si algo ha caracterizado a la gran persona que es el popular toro, es su compromiso con los ciudadanos y con el trabajo que se le ha encomendado, pocas personas perseverarían ante tan continuo embate de la adversidad, lo que ha tenido que vivir, que digo vivir, sobrevivir Héctor González Curiel, era para caer rendido a medio camino, con agotamiento crónico o algo parecido, el 70% de enfermedades tienen relación directa con el estrés, pero no, el munícipe sigue al pie del cañón reagrupándose para el próximo embate de las épocas decembrinas y del pago del desmesurado aguinaldo que exige el SUTSEM de Águeda Galicia, mismo que ha sido uno de los principales contrincantes del sano desarrollo de la administración pública en la capital.

Así las cosas, hoy ya entrados en tiempo de rendición de cuentas, probablemente ya comience a arribar el nervio que de la entrega de estas, pero cual estudiante que cumplió en tiempo y forma sus actividades, que estudió los contenidos previo al examen preparándose mentalmente para el reto, hoy el Toro, Héctor González Curiel, en el escenario de su preferencia eso no será impedimento, dará la cara a sus gobernados y entregará buenas cuentas, cuentas que merecen más merito por el contexto en que ha tenido que desempeñar su labor, veremos en que se nos entrega como ciudadanos, pero desde ya podemos prever, cuentas claras y movimientos positivos, si bien quizá no los números negros que quisiéramos, sí un avance constante, contundente y decidido hacia la mejora de la calidad de vida, pues fueron obras de infraestructura que se materializaron sin recursos abundantes, fueron apoyos a familias necesitadas entregados en el momento idóneo, fueron vidas cambiadas con programas sociales como Manos que hacen sonrisas, en general se aporto luz y esperanza en tiempos de adversidad, más personas y políticos como Héctor González Curiel.