EL IV PODER : La política económica del gobierno sólo ha generado pobreza, desempleo y migración

Por: Juan Fregoso

25 / Septiembre / 2013

La Cruzada contra el hambre indica que no es la solución para resolver la situación en que viven millones de mexicanos que perciben un raquítico salario que no les alcanza para una alimentación sana y nutritiva, mucho menos para vestirse ni darles una buena educación o realizar una carrera universitaria a sus hijos que los convierta en hombres útiles a la sociedad.

La consecuencia de este estado de cosas es evidente, pobreza y más pobreza y como resultado de esta ecuación tenemos un alto índice delictivo, especialmente el robo famélico y la incursión de los jóvenes a las filas del narcotráfico, pues un jefe de familia no puede sostener su hogar con un salario que ronda entre los 50 o 60 pesos diarios, de ahí que la delincuencia aumente en forma alarmante, no obstante, el gobierno federal con la intención de paliar el hambre que aqueja principalmente a la clase trabajadora y a los pueblos indígenas, implementó su famosa Cruzada contra el Hambre, que no es más que un programa populista que no tiene más fin que captar votos en las elecciones, es decir, la cruzada es un programa electorero que no ataca el fondo del problema, porque en realidad es una solución salomónica que no resolverá nada.

En contraste, la élite en el poder sí obtendrá jugosos sueldos para vivir holgadamente. Esto se colige del Proyecto de Presupuesto de Egresos para el próximo año, presentado ya por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que contempla fabulosas remuneraciones para los servidores públicos con percepciones que llegan a superar los 6 millones de pesos al año. De acuerdo al documento presentado por esta dependencia federal, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto ganará la friolera cantidad de 204 mil 825 pesos mensuales, que alcanzaría los 3. 05 millones de pesos durante todo el 2014 al sumar percepciones ordinarias, prestaciones y otros ingresos extraordinarios.
Así, un secretario de estado, como los titulares de Hacienda, Desarrollo Social, Gobernación y Educación, entre otras dependencias, la percepción mensual asciende a 198 mil 612 pesos, por consecuencia en doce meses se acumularía una retribución por sus servicios de 2. 3 millones de pesos, tan sólo por pertenecer a la casta dorada del poder y no porque produzcan algo a no ser que el dedicarse a instrumentar acciones que van contra del bienestar del pueblo de México se entienda como producir algún bien, lo cual es un absurdo en toda la extensión de la palabra.

El 38. 5 por ciento de la población (económicamente activa) en México gana entre uno y dos salarios mínimos, que representa mil 942 pesos al mes. En tanto que aquellos que perciben dos salarios el total de ingresos es de 3 mil 885 pesos, según revela la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al mes de junio pasado. La desigualdad entre una clase y otra es por demás elocuente, puesto que aquellos que realmente producen dígase la clase obrera, artesanos y campesinos, sólo reciben migajas por su trabajo, mientras que los funcionarios públicos que a decir verdad no hacen nada, ganan lo que quieren, ellos se autodesignan sus exorbitantes sueldos.

En este contexto, la directora del (ITEM) Leticia Armenta señala que con los cambios fiscales que se proponen sólo se provoca un mayor daño a la clase media que es la que más gasta y consume. La investigadora sostiene que lo que propone el Ejecutivo no es una reforma fiscal, sino una miscelánea que puede profundizar aún más la debilidad económica. El proyecto de presupuesto no promueve el gasto público productivo, sólo se considera mayor gasto en burocracia. Las medidas que pretenden fortalecer los ingresos del gobierno buscan establecer mayores impuestos a la clase media, la cual como ya se dijo es la que más gasta y la que puede robustecer la demanda interna a través del consumo. Al golpear con mayores impuestos a este sector de la población se puede esperar un impacto inflacionario que frene el dinamismo del consumo y promueva la informalidad, advirtió la catedrática.

Mientras que la (SHCP) señala que el presupuesto para 2014 busca fortalecer las finanzas públicas, impulsar el crecimiento económico y el bienestar de las familias mexicanas. El documento explica que entre los ramos autónomos, el gasto en el Poder Legislativo tendría un incremento de 7. 4 por ciento para la Cámara de de Senadores, es decir, un avance de 4 por ciento, mientras que en la Cámara de Diputados el gasto tendría un aumento de de 8. 9 por ciento respecto a 2013.

En este sentido, el Ejecutivo propuso percepciones anuales de 1. 49 millones de pesos para un diputado federal y de 1. 98 millones de pesos para un senador. Se enfatiza que el servidor público con mayores ingresos al año sería el magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con 6. 34 millones de pesos.

Asimismo, un consejero de la Judicatura ganaría 4. 20 millones de pesos, mientras que el consejero del IFE percibiría 3. 03 millones de pesos y el presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ganaría 2. 40 millones de pesos. Alfonso Bouzas, investigador de la UNAM, dice que hay un abuso en el manejo del gasto público por parte de la clase política. Explica que la clase política evidencia una gran irresponsabilidad al elevar aspectos del gasto en los ramos autónomos como la Cámara de Diputados y Senadores, cuando su trabajo no ha generado el bienestar que necesita el país, afirma el investigador de la UNAM.
El catedrático destacó que el proyecto representa más de lo mismo, afectar a la base tributaria y a los beneficios a los grandes corporativos. No veo, puntualiza, en el proyecto un cambio en el rumbo económico, la política económica actual sólo ha generado pobreza, desempleo y migración, con mayores impuestos sólo se puede esperar afectar a las clase media y con ello un mayor daño al mercado interno porque difícilmente se podrá lograr la meta de crecimiento de 3. 9 por ciento que consideran para el año que entra.

Por tanto, el panorama que dibujan los expertos en el rubro económico es francamente desalentador, aun y con todos sus programas sociales es por demás evidente que el México que gobierna Enrique Peña Nieto, transita por el mismo camino tecnocrático que recorrieron Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, tres de los principales presidentes que condujeron al país a un precipicio que parece no tener retorno.

Así pues, desde el punto de vista macroeconómico México se enfila hacia un estado inflacionario, es decir, al alza continua de los precios, rentas, servicios, tal y como ha venido sucediendo con los incrementos constantes al precio de las gasolinas. Y esto se debe a que cuando un gobierno se encuentra con la novedad de que no le alcanza el presupuesto para sus gastos, sencillamente produce más billetes, lo que provoca que el dinero pierda su valor, respecto al dólar. Así, al devaluarse la moneda, todo sube de precio, incluso los salarios, que siempre son insuficientes, produciéndose una carrera interminable y perjudicial para las clases bajas, pero beneficiosa para la burguesía. ¿Hacia allá vamos?, eso más temprano que tarde lo sabremos.