Con visión ciudadana: ¿En serio? ¿La respuesta es más déficit?

Enrique Vázquez Coronel

27 / Septiembre / 2013

Las tragedias siguen acumulándose para los mexicanos, desde unas infantiles como la selección mexicana de fútbol amenazando con no calificar al mundial, el Canelo Álvarez siendo adoctrinado y vapuleado por el pugilista Floyd Mayweather, pasando por una reforma hacendaria que ha puesto a temblar a la clase media ya los contribuyentes cautivos terminando con lo verdaderamente trágico y lamentable como lo fueron las inundaciones en múltiples partes del país.

En ese panorama y pasando casi desapercibidas pero siempre presentes en la mente de algunos, está la situación económico financiera de nuestro país que pinta para convertirse en un problema, pues que pasó de tener una nube gris a mostrar signos de tormenta, primero fue la baja en el pronóstico de crecimiento económico, que pasó desde una optimista cifra de 3.5%, con la siempre promesa del 6% de trasfondo, a un menos atractivo 3.1% en mayo pasado hasta el triste 1.8% que cargamos actualmente, el proceso de desaceleración económica se debe eso si a múltiples factores tanto internos como externos, no pudiéramos atribuirlo ni a la administración de Enrique Peña Nieto en su conjunto ni al presidente en lo personal, por el contrario la imagen del presidente no había sino traído positividad sobre el país a nivel internacional.

El problema ha sido la racha de movimientos que parecieran no ir con la dinámica de nuestro presidente Enrique Peña Nieto, pues en los primeros meses de su administración además de planificar con extrema precaución sus eventos y acciones públicas de gobierno, lo hacía con un ritmo hasta cierto punto impresionante en un lapso relativamente corto nos dio a los mexicanos, la resolución de peticiones históricas, reformas de gran calado y hasta la detención de Elba Esther Gordillo, que por cierto bien pudiera dejar la cárcel en el corto plazo, lo que traduciría en un durísimo golpe para la credibilidad de la administración del priista, una cosa fue liberar a personajes de alto calado por errores de administraciones pasadas, pero que la maestra salga libre, eso estará en la cuenta del presidente y con una buena dosis de intereses.

Entre estos problemas que parecieran avecinarse resurge un fantasma que verdaderamente aterrorizó a los mexicanos y que cambió nuestras vidas quizá para siempre, aunque pareciera que cambió las nuestras pero no la de nuestra clase política que despacha desde el gobierno de la república, el déficit presupuestal fue una medida mal utilizada en los años 70’s, 80’s y 90’s que arruinó la vida de muchísimas personas, miles quizá millones, la inflación de cifras y la generación de bienestar y programas sociales directamente ligado a la deuda soberana, es una medida que aparentemente habíamos aprendido con sangre casi, fueron años los que tardó en recuperarse la economía mexicana de aquel golpe tan contundente que trajo aquel error de diciembre.

Las variables macroeconómicas, las razones financieras, los mercados internacionales y todo ese complicadísimo sistema financiero que opera en nuestro país, me resulta en gran parte ajeno, lo que no me resulta ajeno y que aun recuerdo vívidamente fueron aquellas inflaciones galopantes de dos o tres dígitos en cortos periodos o finalmente la estocada que nos llegó en aquel diciembre de lo que no pareciera tanto tiempo, pero para el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, quien si tiene amplios conocimientos en la materia, quizá más que nadie en el país y quien también vivió en carne propia aquellos tiempos coléricos, pareciera extraño que salga a decir que el déficit presupuestario es una medida acertada pues la volatilidad internacional lo justifica, y remata con algo tan burdo como que lo único que le quita el sueño son los perros de su vecino, volatilidad y crisis enfrentamos en 2008 cuando estados unidos puso la rodilla en el suelo y se dio la recesión más fuerte de los últimos años y si no mal recuerdo el déficit no fue la opción elegida ni en el peor momento que atravesamos.

Digo ojalá y tenga razón y el bache que estamos atravesando sea solo temporal con lo que el próximo año regresemos a nuestras cotidianas tazas del 3% que dicho sea de paso no eran la meta prometida, pero por lo pronto mi nivel de preocupación subió algunas rayas con estas medidas y declaraciones, me extraña aun más pues al tomar prote sta el presidente prometió 0% déficit presupuestal, y creo que a nadie agrada que cambie de opinión de esa manera.