DICHO POR ROCHA: Malala Yousafzai

José Guadalupe Rocha Esparza

14 / Octubre / 2013

Parece una figurilla de Belén, una pastorcita de terracota, vestida sin el carcelario burka, de cara enmarcada en un chal colocado con gracia que permite ver su cabello. Es una adolescente pakistaní cautelosa, aplicada, muy educada, carismática, inteligentísima, evidentemente superdotada, consciente de su propia dignidad y con una gran capacidad de compasión.

Malala tiene 16 años. Nació el 12 de julio de 1997 en Mingora, región de Swat, Pakistán. Yousafzai clama desde hace seis años por los derechos de las niñas; por el derecho de asistir a la escuela, en nombre del mismo Dios de los talibanes que no lograron ni matarla ni callarla cuando le metieron una bala en la cabeza, destrozándole los huesos de media cara.

La muerte quiere que viva y trabaje en pro de la educación. Hay que morir alguna vez en la vida, afirma Malala al estilo Juana de Arco que enfrenta a los violentos, perversos y demenciales talibanes que prohíben la asistencia de las niñas a la escuela, cantar y escuchar música. Ella tiene una responsabilidad colosal, como la tuvieron Benazir Bhutto e Indira Gandhi.