Muere uno de mis grandes amigos de bohemia, David el Puma Gallardo: Chema

14 / Octubre / 2013

Por José María Castañeda

SANTIAGO.- No puedo describir la inmensa pena que siento al saber que uno de mis grandes amigos de bohemia, con el cual compartí muchas tardes escuchando buena música y anécdotas que el mismo protagonizaba así como hermosas canciones que salían de su potente voz, ya no está con nosotros

Nuestro amigo el ‘Chato’ Robles, quien al igual que sus hermanos también ya desaparecidos Don Héctor Robles Gallardo, a quien se le recuerda cariñosamente con el apodo del ‘Camarón’, y del no menos agradable Showman Manuel el ‘Bolo’ Robles, amenizaban unas tardes bohemias junto con el también desaparecido Abel Moreno, en el lugar preferente de los Santiaguenses El Farallón de Ixcuintla. Hablar de estos personajes típicos de nuestra sociedad santiaguense ocuparía mil páginas, sin embargo esta vez me ocupare de mi amigo el ‘Chato’ Robles, aquel que en sus ratos de bohemia cantaba de manera excelente Señora Bonita arrancando los aplausos de quienes solíamos escucharlo ya que hacía la interpretación de manera magistral quizá mejor que el mismo ‘Indio Mayor’, Emilio Gálvez.

Recuerdo hoy con tristeza y mucha nostalgia la vez que me platicó, como su esposa Isabel Chabela -solía llamarla- le dio la noticia de que su hijo el ‘Gringo’ se había robado a su novia. Esta anécdota ojala y no ofenda algunos puritanos oídos, por su contenido; no es mi intención ofender a nadie solamente quiero recordar cómo era el ‘Puma’ Robles, de manera cotidiana, alegre dicharachero y muy bohemio, esa vez platico que apenada le dijo doña Chabela a su esposo David Ernesto Robles Gallardo: David, quiero decirte algo que pasó -dijo el Puma-, pensando que algo había pasado. Se trata del ‘Gringo’, -contesto la dama originaria de los Mochis Sinaloa-. Se acaba de robar a su novia. Por aquellos años platicaba el Puma Robles que su domicilio se encontraba en la calle Hidalgo, ¿y donde se encuentran? Aquí en la casa -dijo Chabela-, les acondicione un cuartito con un catre a un lado de la cocina ¡ah bueno! Está bien -contestó David-.

Esa vez me acomode en el sillón y empecé a ver las noticias, cuando hasta mis oídos llegó el rechinar del catre, señal inequívoca de una pareja de jóvenes amantes. Obviamente a mi edad esa característica enardeció mis instintos por lo que le dije a mi esposa Chabela, vamos a la recamara, y esas acciones se repitieron por más de una semana. Yo -dijo mi desaparecido amigo- ya para entonces lucía con ojeras en el rostro, me sentía cansado por lo que decidí enfrentar a mi hijo al que pacientemente espere a que saliera de trabajar, y ya instalado en la casa luego de comer, le dije: Gringo, quiero hablar muy seriamente contigo, Si Papá dígameMira Hijo de la Chi.. Tú tienes 22 años de edad y yo 62 no te puedo aguantar el ritmo así es que te vas tú de la casa o me voy yo, me vas a matar cabr Obviamente esos comentarios levantaban las risotadas de quienes tuvimos el privilegio de convivir con David Robles, quien insisto ya no está con nosotros el día de hoy. Seguramente partirá su cuerpo a lo que será su última morada, por eso quise recordarlo tal y como era en vida un amigazo de los buenos cuyas características de su vida bohemia perduraran seguramente entre quienes lo recordemos. Descanse en paz mi amigo David Robles Gallardo, el Chato Robles. A su esposa Chabela y a sus hijos mi más sentida condolencia.

Por eso parodiando a Alberto Cortés, quien plasmó la letra de la canción Cuando un amigo se va queda un espacio vacío.