Valor Agregado : PENSIONES EN MÉXICO: LA REFORMA OLVIDADA

L.A.F.OSCAR A. HERRERA PONCE

21 / Octubre / 2013

Por décadas, en México se fomentó un estado protector y creador de amplios beneficios para distintos gremios de la sociedad. Un claro ejemplo, son los sistemas de pensiones aún vigentes.

Para mal, el beneficio de las pensiones, se implementó de manera incompleta, pues sí se otorgó el beneficio, pero no se fondeó el dinero necesario, para sustentar la obligación en los años venideros.

Con el tiempo, esta falta de planeación y responsabilidad financiera, creo un grave problema, pues hoy se cuenta con mucha gente que recibe una pensión, pero cuyo sustento de pago simplemente no existe.

La magnitud, consiste en que el pasivo actuarial registrado y conocido, ronda el 104% del PIB. Algo así como 13.7 billones de pesos. Pero el daño es mayor, pues muchas instituciones aún no lo tienen cuantificado.

Las pensiones, se diseñaron pensando en que el país, tenía la obligación de encargarse de los ciudadanos, cuando éstos llegaran a la edad de retiro. Algo que suena bien para las personas, pero que es inviable para las finanzas públicas.

Por ello, actualmente casi todas las pensiones, funcionan bajo un esquema de beneficio definido y no en base a uno de aportaciones a cuentas individuales. Es el origen del problema, del déficit descrito.

El esquema vigente, permite que el trabajador reciba una pensión, similar al ingreso que percibía al momento de retirarse, o de acuerdo a un promedio del ingreso obtenido en los últimos años de vida laboral. Esto, sin importar cuánto haya logrado aportar en su vida, para el fondeo de la pensión obtenida.

El segundo modelo, funciona con cuentas individuales, donde los trabajadores realizan aportaciones durante su vida laboral, para fondear su futura pensión; se trata de que cada quien se responsabilice de aportar recursos para su futuro. De construir lo que se obtendrá.

Esta alternativa, ya está contemplada con el sistema de Afores, pero sólo lo está para la gente más joven, para quienes iniciaron su vida laboral con dicho esquema. El dilema, es que no se puede hacer borrón y cuenta nueva, es imposible desaparecer el déficit.

Por lo anterior, es urgente que el problema se coloque en la agenda, que se trabaje para dar viabilidad a lo que hoy es inviable. La presión financiera avanza cada día, pues los derechos continúan. Urge política pública al respecto.

El riesgo de este problema es colectivo, puesto que afecta a las finanzas públicas, pero también a las personales. Existe diagnóstico para abordar el tema, sólo que la medicina es muy amarga; aunque se puede tomar en dos cucharadas: una de inteligencia financiera y otra de voluntad política. Ojalá nos atrevamos a probarla.

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

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