México ya tiene el boleto a Brasil 2014, vence a Nueva Zelanda 4-2, y el global 9 -3

20 / Noviembre / 2013

Oribe Peralta alzaba los brazos y corría eufórico mientras los demás futbolistas del Tri lo trataban de alcanzar para compartir su alegría mundialista.

El Hermoso se convirtió el amo y señor de una reclasificación con la que puso a México a gritar con un hat-trick ¡Nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial!.

Miguel Herrera aplaudía a su delantero estrella, hacía su típico gesto de éxtasis desbordado, porque sabía que el triplete de Oribe sentenció la decimoquinta participación de la Selección Mexicana en la Copa del Mundo. La felicidad del Piojo se reflejaba en una sonrisa que simbolizó un rescate perfecto para llevar a México a Brasil 2014.
Abrazos, felicitaciones y sonrisas, tras el 4-2 a Nueva Zelanda. El Tri, por fin, encontró alivio, luego de un año tormentoso, que amenazó con ser el peor en la historia reciente del futbol nacional.

Sí, la pesadilla terminó con un final feliz. Una eliminatoria que rondó el fracaso se transformó en boleto al Mundial en dos partidos ante una frágil Nueva Zelanda, que jamás complicó a los verdes.

Basta con ver el 9-3 global, para darse cuenta del nivel del futbol de los Kiwis, que por algo no tienen el pase directo a la Copa del Mundo y es el combinado 79 del mundo, según la FIFA, mientras que el Tri es la escuadra 24.

El cuadro de Oceanía fue, más que un contrincante, un simple trampolín para que México acuda a la máxima justa del balompié internacional, aunque haya sido por la vía más larga y vergonzosa.

Lo de esta madrugada fue de trámite, un viaje de placer hasta Wellington, porque la renta que sacaron los PiojoBoys en el Estadio Azteca (5-1) fue más que suficiente para saber que el Tri estaría en Brasil. El duelo de hoy sirvió para abultar el marcador global del lado mexicano. No hubo lugar para sustos.

De eso se aprovechó Peralta. Entre la inocencia neozelandesa y su vivacidad como delantero se colocó en tres ocasiones para definir a placer, como se ha acostumbrado a hacerlo en los últimos meses.

Oribe es el hombre clave, el que no necesita reflectores, grabar muchos comerciales o pertenecer a algún club europeo para hacer valer una jerarquía que ningún otro delantero tricolor posee.

Como cualquier matón, el atacante lagunero buscó a sus cómplices par que le ayudarán a destazar a la zaga de los All Whites.

A los 14 minutos, Carlos Peña fue el primer asistente del ariete de Santos Laguna. El elemento del León tuvo el tiempo suficiente para pensar sin presión el pase perfecto para abrir el marcador y comenzar el paseo en Nueva Zelanda. Levantó la cara, se dio tiempo de acomodar el cuerpo y filtró.

El pase del Gullit fue a dar a los pies de Oribe, quien definió para el 1-0, ventaja que rompió el partido y aniquiló las esperanzas locales de lograr una epopeya.
Vino después la aparición de Miguel Layún, quien encontró una soledad letal por la banda izquierda, ya que ningún marcador logró detenerlo en cada uno de sus intentos.

Dos veces asistió a Peralta en bandeja para el fusilamiento del Hermoso. Ambos tantos llegaron con apenas unos cuantos minutos de diferencia (29 y 33).

Con el 3-0 vino un intento de reacción de los Kiwis. Encontraron un penal, pero Jeremie Brockie entregó su disparo a media altura, justo para que Moisés Muñoz atajara el envío y mantener intacta su meta.

El segundo tiempo contó con el descuento por la vía penal de Chris James y de un remate de Rory Fallon que quedaron para la anécdota ante la ampliación de Aldo de Nigris para el 4-2. El tiempo se escurrió, sólo para oficializar que México jugará su Mundial de futbol 15.

Vienen los tiempos de las decisiones en la Federación Mexicana de Futbol. Se definirá si Herrerase mantiene en el timón nacional hasta Brasil 2014 y si Justino Compeán se mantiene como el mandamás del futbol tricolor. Ambos tendrán su juicio el dos de diciembre, con el pase al Mundial en la mano.

Por lo pronto el sufrimiento de la eliminatoria se acabó al tener un final feliz en el que la depresión tricolor se transformó en ilusión mundialista. El Piojo se convirtió en el rescatista perfecto, el América en la base del equipo que logró el pase y Oribe en el hombre que supo darle a México el derecho a participar en la Copa del Mundo.