REDESCUBRIENDO: Emiliano Zapata y los zapatistas.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

22 / Noviembre / 2013

Emiliano Zapata nace en San Miguel de Anenecuilco estado de Morelos en 1883. Hombre de escasos recursos y estudios mínimos. Desde 1906 encabeza una rebelión de indígenas, y para 1909 organiza La Junta de Defensa para el Reparto de Tierras a los Campesinos. Para estos años campesinos e indígenas se aglutinan entorno a él y Zapata se convierte en un caudillo guiador de los intereses colectivos de su región. A finales de 1910 Madero redacta su Plan de San Luis, Zapata ve en el Plan una posible solución a la cuestión del reparto agrario que exigían los campesinos aliados. A Madero entonces se le presentó un dilema:

Zapata exigió el cumplimiento del artículo tercero del Plan de San Luis Potosí que ofrecía la restitución de tierras comunales a los pueblos; por la otra, los hacendados presionaron al gobierno para activar el desarme y el licenciamientos de los zapatistas porque les invadían sus propiedades. (Berta Ulloa, 2001)

Después de varios fracasos en las negociaciones, Zapata decide declarase en rebelión en contra de Madero el 25 de noviembre de 1911, proclamando su propio proyecto agrario denominado: Plan de Ayala. En términos generales el Plan de los zapatistas propone el cumplimiento del Plan de San Luis y que las nuevas cláusulas citadas en el Plan de Ayala sean reconocidas por Madero, los hacendados y los caciques. En este Plan no se vislumbra ninguna actitud revolucionaria real de cambio a escala nacional. Por el contrario, Zapata tiene una visión localista y sus grandes propuestas son el regreso a la forma tradicional de trabajar la tierra en comunidades, por lo tanto, Zapata es enemigo de la modernidad capitalista. Su rebelión es de una ideología estrictamente conservadora. Exige que se devuelvan las tierras a los verdaderos dueños que a través de la historia les han pertenecido. Su proyecto es exclusivamente enfocado para hacer justicia a los indígenas y campesinos de Morelos. No hay pretensiones claras de un cambio nacional con tintes revolucionarios en su Plan de Ayala.

Desde mi perspectiva el alzamiento armado de Zapata y sus seguidores dista mucho de ser considerado como un levantamiento armado con tintes de cambios sociales, económicos y políticos nuevos para la sociedad mexicana. El movimiento zapatista a mi juicio fue una rebelión armada en el más estricto sentido de la palabra, es decir, fue un movimiento que encauso toda su fuerza para acusar a Madero de traidor, y lanzar consignas políticas a todo aquel que estuviere en contra de las demandas zapatistas. Hasta la próxima. redescubriendo@hotmail.com