LA TAPATÍA Y LA DESCORCHADORA

Por: Olegario Zamudio Quezada

26 / Noviembre / 2013

Recién había llegado a mi oficina como a eso de las nueve de la noche, cuando de repente me entró una llamada por el teléfono celular era la voz de una persona que me aseguraba estaba siendo amedrentado por el vendedor de computadoras Sergio Miramontes; quien estaba acompañado de varios sujetos más, con ganas de querer pelear.

Inmediato, me trasladé al lugar de los hechos, para razonar la conducta del Gordo Web;a quien conozco por su apacible conducta y de aspirar a ser un político de alta envergadura. Negándome a creer su condición de brabucón y menos a domicilio; al llegar al lugar de los hechos, la pregunta obligada fue: ¿qué está sucediendo con ese gordito; porqué su 0nda de quererte golpear?

Pues resultó que, el Gordito tiene un terrenito por la Colonia Gobernadores.En la entrada, tiene dos cortinas de acero y considero que, para no estarlas levantando en entrar o salir bien; pudiera comprarle un motorcito automático de ésos que cuestan como tres mil pesos; los pagos los haría el Miramontes según su comprometer en dos exhibiciones: la primera, con un cheque botador y el segundo pago, nunca.

En el momento de la aclaración de este segundo pago tres meses después, me dijo el mecánico que los chamacos llegaron al terrenito del Chaval y en simple como el local estaba abierto, quitaron los cuatro tornillos que sostenía el motorcito de la cortina y se lo trajeron ya en mal estado por el desgaste.

De manera inmediata, Sergio Miramontes, el que se aprecia de ser amigo del Gobernador del Estado y de varios políticos en los confines de América Latina; el que se aprecia de ser millonario de abolengo y fumigar sus dólares con polillin para evitar que se los coma la polilla; subió en las redes un dato aterrador que hablaría de la inseguridad que priva en Tepic y en Nayarit. ¡¡ HaoouchDioosmío, mean robado, mean robado..!!!.

Aseguraba que, la delincuencia organizada de algún cártel, le había robado tres pantallas de televisión.Inmediato el pánico cundió por las redes; una vez más el conferencista. Hasta internacional, había sido víctima de la delincuencia organizada según su inteligencia y la solidaridad no se hizo esperar.

Mientras eso ocurría en las redes, el mecánico enfundado en sandalias, me mostraba en el piso de su taller, el motorcito de cortina que había recuperado del mal cliente. Ya el sábado por la tarde me habló para invitarme a comer al Pollo Feliz del Rey Nayar, pues había instalado de nuevo el motor y El Gordito Country Le había pagado. Le pregunté por las tres televisiones desaparecidas y me contestó de eso, que había pasado como el dinero de camelia, nunca más se supo nada.
¿Qué necesidad hay de ser vaquetón y no querer pagar?, qué necesidad hay de jactarse de ser millonario y no querer pagar un motor de cortina. ¿En donde cabe la convicción de ir a comprar una hamburguesa en el Jardín de los Constituyentes, con jamón y queso amarillo y no quererla pagar, nomás porque se es amigo del Gobernador del Estado.
Me refería el mecánico de motores de cortinas, que por cierto es también cinta negra 4to Dan y dueño de un gimnasio de artes marciales para señoritas, que en la complejidad humana, ¿de dónde surge la necesidad de que la gente se entere de tus vaquetonadas?, pero ya después de tanta alharaca y medio pollo con tortillas recién hechas en el Pollo Feliz, la pregunta fue, ¿cómo le hiciste para que te pagara el Sergio Miramontes?

Me dijo que a bote pronto: al Gordito para sacarle el dinero del pago del motor, tuvo necesidad de aplicarlela tapatía, la descorchadora y hacerle manita de puerco; le inquirí al mecánico, que eso era grave para él, por su condición de instructor de artes marciales para señoritas, me dijo,el trabajo es sagrado y el pago también.