Desaceleración marca primer año de EPN

Expertos señalaron que el gobierno subestimó la magnitud de la desaceleración e hizo un inadecuado manejo del gasto al frenar la inversión pública

02 / Diciembre / 2013

El primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto quedó marcado por una profunda desaceleración económica, pero también por el impulso a una serie de reformas e iniciativas que rompieron la virtual paralisis legislativa de sexenios anteriores.

Las proyecciones del crecimiento económico para 2013 por parte del gobierno y analistas rondaban entre 3.5% y 4% al inicio de la administración, pero conforme pasó el tiempo y se agudizó la desaceleración, las perspectivas se desinflaron a un intervalo de entre 1.2% y 1.3% de acuerdo con las estimaciones más recientes.

En los primeros meses del año México se ubicaba entre las tres economías con mayor dinamismo para 2013 dentro de la OCDE; sin embargo, el débil desempeño que mostró la economía lo hizo descender a la posición 15 de los 34 socios de la organización.
El gobierno apostó en su primer año a impulsar una serie de reformas estructurales en materia económica como la de telecomunicaciones, la financiera, la hacendaria y la energética.

De todas estas ya han sido aprobadas la hacendaria, la de telecomunicaciones, y la financiera, sin embargo para estas dos últimas todavía quedan por definirse y aprobarse la leyes secundarias que posibiliten su operación.
La reforma hacendaria por suparte generó muchas reacciones en contra, principalmente por parte del sector empresarial.
Finalmente la energética, que se encuentra en discusión, constituye la principal apuesta del gobierno para reactivar las expectativas y la inversión del sector privado, señalan los especialistas.

Expertos consultados por EL UNIVERSAL reconocieron que las autoridades subestimaron la desaceleración económica, además de que critican el estancamiento del gasto público, lo cual profundizó el mal paso de la actividad productiva.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, en los primeros nueve meses de 2013 se ejerció un gasto público inferior en 23 mil 840 millones de pesos respecto a lo programado.
El profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, Aníbal Gutiérrez, dijo que el primer año fue de negociación política y de reformas. Lo más valioso ha sido recuperar un esquema de concertación como es el Pacto por México, así como impulsar una serie de reformas e iniciativas, pero en los hechos esto todavía no se traduce en una perspectiva positiva y de mayor crecimiento, dijo.

Alejandro Villagómez, profesor e investigador del CIDE, dijo que la principal virtud en este gobierno fue el tren que armaron con el Pacto para proponer varias reformas, lo que alimentó la idea del Momento Mexicano.

Aunque este Momento no se concretó, pues la caída de la economía fue mayor, el experto dijo que lo importante es que se entró en una nueva dinámica que no se veia en los últimos 12 años.
El director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDICE), José Luis de la Cruz, dijo que la desacleración económica se ha traducido en una menor generación de empleos, de menor calidad.

En los primeros 10 meses de 2013 se generaron 590 mil 393 empleos formales, cifra 29% menor a los craados en el mismo periodo del año anterior.

Además han aumentado el número de trabajadores con los niveles de remuneración más bajos. Con hasta un salario mínimo crecieron 4.4% y los de uno a dos salarios mínimos 5.4%, mientras los que ganan más de cinco salarios mínimos cayeron 7.3%.
La respuesta de las autoridades no fue adecuada ante la mayor desaceleración de la economía, este rezago en la inversión pública fue un manejo inadecuado de política macro que permitió que se profundizara la caída de la actividad económica, destacó Villagómez.
El director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), Juan Pardinas, reconoció que en el corto plazo, los resultados económicos de esta administración fueron insatisfactorios.
A este gobierno se le debe atribuir la lenta ejecución del gasto, pero en otros aspectos es parcialmente responsable, pues heredó la negligencia por invertir en infraestructura de abastecimiento de gas y es algo que terminamos pagando en este primer año, expuso.

Este año se cayó en un triángulo negativo, explicó Julio A. Millán, presidente de la firma Consultores Internacionales. Por un lado, no hubo un proyecto anti cíclico que atenuara la desaceleración económica, por el contrario, se bajó la inversión pública. El otro punto es que se pusieron todas las reformas juntas y cuando los países hacen reformas siempre hay una depresión económica, por eso se requiere de un proyecto anti cíclico. El tercer aspecto es que el entorno internacional no fue propicio.
Para Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios del Sector Privado (CEESP), el factor más importante que influyó en la contracción del crecimiento fue la caída en el gasto público sobre todo en la inversión que se dio a partir del cambio de la administración. Esto tiene que ver con un problema de planeación, con no tener presupuestos multianuales, y que el presupuesto del año siguiente se discuta un mes antes de que empiece el año siguiente, cuando en otros países se discute un año antes.

Otros factores que influyeron en la caída del crecimiento en opinión del especialista fueron: la desaceleración de la economía estadounidense; el cambio de reglas en la construcción, que frenó la inversión en el sector; la caída en la plataforma de producción de petróleo y el gran desabasto de gas.
El director de análisis y estrategia bursátil de Monex, Carlos González, explicó que el débil crecimiento económico de México obedeció en una parte importante por el estancamiento en la actividad productiva de Estados Unidos y la falta de motor en el mercado interno que pudieran compensar el menor dinamismo de la demanda internacional.
Foncerrada destacó que la reforma hacendaria no fue la que se esperaba y agregó que no genera buenas expectativas para 2014; además, dijo, están pendientes las leyes secundarias de la reforma en telecomunicaciones y de la financiera, y falta por discutirse la energética. Todo eso crea incertidumbre sobre el futuro.

En este contexto, Julio A. Millán consideró que sí hay desilusión entre la población y los empresarios. En el sector privado hay voces muy desencantadas que se están reservando su opinión para ver si repunta la economía el año que entra. Se esperaba un crecimiento de 3.5% y nos dieron uno de 1.2% en el mejor de los casos, una cuarta parte de lo que ofrecieron.
Frente a las expectativas que se crearon hay un desencanto por varias razones, precisa Foncerrada, primero porque las reformas que ya se llevaron a cabo, como la educativa y la laboral, en la práctica nada más parece que se quedaron en el papel, porque falta implementar varias cosas para su verdadera operación.

Tomando en cuenta lo anterior, José Luis de la Cruz considera que el primer reto económico del gobierno será reactivar el crecimiento, el segundo tener un gasto de gobierno más eficaz, y tercero, tener una mayor sinergia entre el gasto público y la inversión privada. Reactivar crecimiento con empleo de calidad e inversión, darle más eficacia al gasto de gobierno y vincularlo con la inversión productiva, son los elementos que deben tomarse en cuenta en lo que resta del sexenio.