EL ITACATE : LUIS VILLARREAL CARRILLO A SIETE AÑOS DE HABER PARTIDO

Por Agustín Almanza Aguilar

09 / Diciembre / 2013

Oscar Verdín Camacho escribía, en un diario local, un mes de Diciembre—como ahora—del 2006 ( sábado 09): El reportero LUIS VILLARREAL CARRILLO murió ayer en esta ciudad de Tepic luego de que durante los últimos meses lo atacó una enfermedadVillarreal, de 56 años, generalmente cubría la fuente de información policiaca, mejor conocida como ‘nota roja’Ayer, junto al cuerpo de Luis se encontraban su esposa, sus hijos, y otros familiares y, por supuesto, sus amigos.

Verdín hace énfasis en un elocuente hecho: En Junio pasado, cuando la enfermedad atacaba su cuerpo, reporteros amigos de Villarreal propusieron que durante los festejos por el día de la ‘Libertad de Expresión’ se le otorgara un reconocimiento especial, y oficial, pero la petición no tuvo eco, en una evidencia más de que los reporteros de ‘nota roja’ generalmente pasan desapercibidos por los gobiernos.

Otros dos documentos, conservados en nuestros archivos, y que son de autoría de mis hermanos GERMAN y ALEJANDRO, expresan lo siguiente: Gracias Luis por haber sido un amigo como pocos, por haber sido un firme compañero, decidido y un buen padre de familia. A los amigos se les debe recordar siempre por sus buenas obras y su don de gente. A quienes como tú se van de este mundo, debe uno recordarles por haber dejado una gran huella y ejemplo de bondad y sinceridad, de nobleza y espiritualidad a toda prueba. Sólo me queda decirte: ¡Gracias hermano! ¡Gracias amigo! (De Germán).
Yo soy de las personas que sienten, piensan y saben, que no hay dolor más grande que el perder a un ser querido. No son las amenazas diarias a las que se somete el reportero, no son los golpes a los cuales a diario estamos expuestos, es, simple y llanamente, el amor al periodismo.

Conocí a Luis, un hombre alto, corpulento, y de hablar recio, yo decía que era mi guarura, pero al final se convirtió en mi ángel de la guardia, como muchas veces lo hizoLo conocí cuando el cocinaba y fué el que me puso el apodo de el ‘Negro Abomo’, según él porque, como ‘negro’, era un cabrón, pero como pescado –como dicen los rancheros—no servía para nada.

Entre nosotros nunca hubo una falta de respeto, por el contrario, éramos más que amigos, casi hermanos. Hoy le digo: También debes llevar al ‘flaco’ dentro de tí, aquél que no dejabas ni por la copa más valiosa del mundo. Y lo dijiste una y mil veces A ese amigo que hoy parte de este mundo sólo quiero decirle que DIOS le cumplió su más grande deseo, estar en su tierra Nayarit, al lado de su esposa y sus hijos ,y sus grandes amigos¡Gracias amigo por haberme brindado tu sagrada amistad! ¡Dios te bendiga siempre y te tenga en su gloria! ¡Hasta pronto hermano! (De Alejandro).

Por mi parte le rindo pleitesía y respeto a su grata memoria, siendo que fué un gran amigo de nuestro clan, y de allí la ofrenda del rescate de estos emotivos recuerdos que serán valorados en su justa dimensión.

FINIS TERRAE: Próxima entrega (SDQ), breve ensayo sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe.