EL ITACATE: 12 de diciembre de 1531, a 482 años de las apariciones de la Virgen

Por Agustín Almanza Aguilar

10 / Diciembre / 2013

El 9 de diciembre de 1531, la ‘Madre de Dios’ se le apareció por primera vez a Juan Diego, quien se dirigía de Cuautitlán hacia Santiago Tlatelolco. EL escuchó una voz que pronunciaba su nombre, al levantar su mirada vió a una señora de extraordinaria hermosura que le dijo ser la ‘Madre de Dios’; ella venía a estas tierras y deseaba que le construyeran un templo. Pidiéndole que llevara el mensaje al obispo. Juan Diego fue de inmediato al palacio episcopal, que se encontraba en el centro de la ciudad de México y expuso el deseo de la ‘Reina del Cielo’.


El mensaje fracasó, ya que por ser hombre humilde no le dieron crédito a sus palabras. Ese mismo día se lo comunicó a la virgen, quien le solicitó un nuevo intento. El, obedeciendo, se mezclo entre la multitud y logró hablar con el obispo, quien le pidió como prueba una señal. El 12 de Diciembre del mismo año, Juan Diego regresó ante el obispo trayendo consigo un puñado de rosas del cerro del Tepeyac. Al dejarlas caer sobre el suelo, la imágen de la virgen quedó estampada en su ayate. Todos los presentes quedaron llenos de emoción y lágrimas, cayendo de rodillas ante la imágen de la ‘Madre de Dios’.

La ‘Madre de Dios’Esta información viene en una hoja de calendario; sabiduría popular, pues, como la siguiente: Con el año jubilar guadalupano, celebramos los 482 años de las apariciones de la virgen de Guadalupe a San Juan Diego CUAHTLATOATZINElla dejó su imágen en el ayate de un humilde indígena para significar que quiere estar en el corazón de toda persona que acude a Dios para agradecer los favores recibidos o en búsqueda de ayuda, consuelo y fortaleza. El sagrado original está expuesto los 365 días del año en la Basílica de Guadalupe para todos aquellos que quieran contemplar esta imágen tan querida por todos los mexicanos; a pesar de ser de fibra vegetal, se ha conservado de manera milagrosa por siglos, manteniendo durante todo ese tiempo la brillantez de sus colores (Texto en una tarjeta ‘Ladatel’).

Bien, en estos días el polémico y controvertido cardenal NORBERTO RIVERA CARRERA (Véase: La Explotación de la Fe, de Jorge Erdely, capítulo tercero, respecto al caso del sacerdote NICOLAS AGUILAR RIVERA) debe, de cuenta nueva, estarse frotando las manos y sus deditos enjoyados: EL MILAGRO GUADALUPANO $e manifie$ta una vez má$$$...Atrás quedó aquel pleito por las limosnas con el entonces abad de la basílica GUILLERMO SCHULEMBURG, que negó públicamente las apariciones guadalupanas

Se ha escrito hasta la saciedad que eso de las apariciones fueron un invento de los españoles para dominar a los indígenas, por medio del fanatismo religioso (lo que no habían conseguido con la espada).La imagen la exportaron de Extremadura, donde existe una ‘virgen morena’. También se dice que la que está en nuestro país es una pintura de un tal indio MARCOSAhora, que el tal Juan Diego nunca existió y se canonizó (JUAN Pablo Segundo) a un fantasma, allá por l999.

En un programa de Radio Formula, ‘El Hueso’, el irredento periodista Fernando Rivera Calderón –quien de inmediata manera aclararía que no existe parentesco alguno con el citado cardenal -decía en ese año: Juan Diego no era un príncipe descendiente de Moctezuma, enfatizó la iglesia, para que el papa no se ensucie las manos canonizando a un sucio indígenaJuan Diego, después de haber sentido de que la virgen le hablaba, fue a ver al obispo Zumarraga, el cual consagraría definitivamente la verdadera apariciónSi Juan Diego viviera hoy, sería prácticamente imposible que Norberto, Justo Mullor (ése de la frasecita ‘todo es limpio para los limpios’), Onésimo Cepeda (otra fichita), y hasta el Schulenburg, le dieran una audiencia, a menos que la virgen se hubiera manifestado en oro o se le hubiera aparecido en un campo de golf o en los interiores de piel de un BMW


‘Haiga sido como haiga sido’, el pueblo cree y ya, sin certificaciones ni decretos papales. Así pues..!FELICIDADES A TODAS LAS LUPITAS EN SU DIA!

FINIS TERRAE: Amicus Plato, Sed Magis Amica Veritas; ‘Amigo de Platón, pero más amigo de la verdad’.