DICHO POR ROCHA: Niño prodigio

José Guadalupe Rocha Esparza

13 / Enero / 2014

Don Guillermo de Teresa y Teresa le enseñó a leer el periódico sentado en la bacinica. El doctor Rafael Tovar y Villa Gordoa le llevó a visitar los conventos coloniales de todo el país. A los cinco años se salió de su casa. A los nueve recorrió las librerías. A los siete recibió una medalla de López Mateos. Al cumplir doce, colaborador cultural de Díaz Ordaz. Niño prodigio.

Guillermo Tovar de Teresa falleció a los 57 años. Además de historiador de primera, Cronista de la Ciudad de México, máxima autoridad en arte colonial mexicano, autor de 40 libros, entre ellos La Ciudad de los Palacios, donde describe iglesias, hospitales, edificios civiles, calles fuentes, portales y casas. Hasta por su peso conocía toda esta bibliografía.
De voz engolada, teorizaba sobre todo porque sabía de todo, enamorado del México Virreinal, Monsiváis de la aristocracia, bibliófilo incansable, muy ameno, generoso, de invariable cortesía, mirada pícara, rebosante de ideas, defensor del patrimonio nacional, anticuario, nunca pedante, lector inigualable, metódico. México pierde a un archivo viviente por vocación.