EL ITACATE : Manuel López Ahumada Y su vida en el ‘Limbo’

Por Agustín Almanza Aguilar

21 / Enero / 2014

Y sí; allí estaba: La Jornada lamenta profundamente el fallecimiento de Manuel López Ahumada, socio fundador, compañero y caricaturista de esta casa editorial. México, D.F., a 3 de Enero de 2014. Era la esquela, una entre varias.

Me comuniqué con ese gran hermano y amigo que es y será siempre, Jesús Daniel Valdéz Cadena –otro genial Monero- y comentamos algo sobre la obra de Ahumada, quien aseguraba de sí mismo: Todo lo que hago es narrativo, aunque sólo será un dibujo.

Falleció mientras dormía, a causa de un paro cardiorespiratorio, a la edad de casi 57 años relativamente joven. La información la dio su compañera, Jacqueline Valadéz Pastor.

Uno de mis caricaturistas admirados, entre los grandes, como Magú, Helguera, Hernández, Rocha, y pocos más.

Era pintor, también (realizó acuarelas, óleo, tinta y arte objeto –escultura-) célebre por su serie La Vida de el Limbo, donde imágenes lúdicas de cotidianidad pululaban por el cartón desafiando la normalidad de los supuestos normales.

Fabulosas dimensiones oníricas con sus irredentos habitantes de los fondos de hoyos, seres de resquebrajados corazones siempre chillando y rogando. Siempre mirando ventanas; asomos de preconizadas estupefacciones que bañaban a diario sus sueños de eterna vigilia.

Más de tres décadas de caricaturas políticas, historietas de solitarias entidades humanas, demonios copulando, desnudeces etéreas de féminas de azoteas lunares, astronautas viajando en combis, ángeles borrachos de melancolías, tendederos llenos de espejos que traspasan dimensiones: ¡Todo un vasto universo iconográfico!

Había nacido en la ciudad de México –donde murió asimismo- un día 27 de enero de 1956.

Obras de humor negro, inquietante reflexivo, donde lo cotidiano urbano y el espacio sideral eran marcos de referencia.
Estudió ingeniería y quería ser músico –fue despedido con música de los Beatles- pero su destino era la tinta, donde, ya con sus Histerietas, apreció en la revista La Garrapata, y el suplemento Másomenos del diario UnoMasUno. Ganó, en 1982, el Grand Prix del Salón Internacional de la Caricatura de Montreal, Canadá, por su serie LA Vida en el Limbo, con su personaje de la Gabardina, sin Rostro y con Sombrero. Genios de la literatura, como Franz Kafka, Jorge Luis Borges (que no Borgues, como dijo el ansioso próximo expendedor y cultivador de cannabis, V. Fox), o Herman Broch, lo influenciaron mucho.

Poeta onírico, un genio en realidad; una gran pérdida –trágica prematura-, una voz insustituible dentro de la narrativa gráfica. Sumamente creativo, de fabulosa riqueza imaginativa. Es de aquellos seres que ven en esta común y vulgar realidad un universo ahíto de símbolos, de significados, de claves-llave, de mensajes cifrados, y la toman como material idóneo para crear y recrear todo un universo infinito De aquellos humanos que Penetraron dimensiones del SER, incomprensibles para el común de los mortales (Gente&Poder. Enero 09. 2013: Genialidad y Locura: ¿Sinapsis Alteradas).

Entró a su mundo onírico, atravesando una ventana; a su dimensión llena de espejos y formas. Con una composición del Beatle George Harrison, Here Comes The Sun (del Abbey Road) fué despedido.

Quizás llevaba bajo un brazo su novela gráfica de El Cara de Memorándum.
Bueno; ya nos contará más Histerietas cuando lo alcancemos en su nueva Vida en el Limbo.

ANCLA INSULAR: No más Fin de la Tierra sino descanso de Argonauta.
Saludos a Don Luis Abunader Bejarano, a su esposa Lourdes, y a sus Hijos, el Doctor Luis y la gran Chef Mónica.