UN RÉQUIEM PARA MI AMIGO CHOCHO GONZÁLEZ

04 / Febrero / 2014

Por José María Castañeda

SANTIAGO.- Ayer recibí la noticia infausta del deceso de mi amigo Jesús González Soto, al que cariñosamente sus amigos y compañeros de trabajo identificaban como el Chocho, y aún de antemano sabíamos que su fin era inexorable albergábamos la esperanza de que gracias a los avances de la ciencia médica pudiera restablecer su precario estado de salud.

Pero haciendo un poco de historia sin que no por eso sea menos doloroso recordar a nuestro amigo en común porque, que sepa el que esto escribe que el Chocho, alguna vez, tuvo alguna desavenencia con alguien jamás, por eso digo que en una ocasión el Chocho, me dijo que con la muerte de su padre don Félix González, se iba a convertir en ejidatario del ejido, válgame lo repetitivo de la frase de Puerta Azul, ya que su padre le había heredado 4 hectáreas de tierra de cultivo, pero que debido a lo penoso de su enfermedad de su señor padre, estas se encontraban rentadas por el ciclo 2013-2014.

Sin embargo nos llamó la atención el haber dejado de verlo en las oficinas del SUTSEM, sitio en el que estaba comisionado luego de sus conocimientos en el área administrativa del sindicato, por lo que al preguntar por él, a Freddy Contreras éste dijo que se había sometido a una operación pero que no era de cuidado y que en breve regresaría a las oficinas del sindicato, ya que Freddy, junto con Martita Andrade, se encontraban comisionados para que apoyaran a su secretario general Sabino Lora. Más al paso de los días, y al ver que los dolores en la espalda y en el costado no aminoraban el Chocho tomó la determinación de acudir con un especialista cuyo consultorio se encontraba en Puerto Vallarta, por lo que luego de una serie de estudios le dijeron que tenía una enfermedad terminal, como era de suponerse esta información provocó diversas reacciones tanto en el enfermo como en su familia, por lo que no obstante conocer el estado de salud muy en el fondo del corazón nos hacía creer que la juventud del Chocho aunado a sus inmensos deseos de vivir pudiera alargar la llama de su existencia, cosa que no sucedió al conocer la tarde de ayer la noticia fatal Murió Jesús González Soto, nuestro amigo el Chocho, mi amigo el Chocho, aquel con quien en varias ocasiones choque mi copa para decir salud.

Hoy sólo me queda decir: descanse en paz allá en el cielo lugar a donde van los hombres buenos como, lo fue sin duda Jesús el Chocho González. A su esposa e hijos y a su señora madre les deseamos que Dios Nuestro Señor en su inmensa misericordia les brinde una cristiana resignación.