Editorial

07 / Febrero / 2014

En un evento de corte político ayer por la tarde, alguien mencionaba que Bahía de Banderas sigue igual que hace años y que nada ha cambiado.

La misma persona señaló haber sido corregida por habitantes de algún pueblo del municipio, quienes le advirtieron, según su propio relato, que el municipio sí ha cambiado.

Que las calles están en peores condiciones, que hay más inseguridad, que hay menos alumbrado público, más desempleo, más gente pidiendo dinero en las calles, en fin. Puras cosas negativas son los cambios que se han registrado en los últimos tres años, según escuchamos.

En este espacio editorial, no habremos de citar el nombre de ningún político, porque entonces mancharíamos el propósito del presente artículo.
Más bien, la invitación para, que desde ahora, los ciudadanos comunes y corrientes como usted y como yo, vayamos analizando los perfiles, las expresiones, posturas, actitudes, mensajes, gestos, proyectos que seguramente irán presentando quienes aspiran a gobernar a este codiciado municipio.

Aquí habíamos acuñado una frase de: el pueblo nunca se equivoca. Pero lamentablemente, el pueblo, hablando en términos generales, se ha equivocado, quizá engañado por falsas posturas, por lobos que durante su campaña se cubrieron con piel de ovejas y que ahora, todos hemos pagado las consecuencias.

Hay una nueva oportunidad para elegir a los gobernantes menos malos, hay que ir analizando los perfiles, sobre todo, razonando. Queda la invitación.