El Personaje de la Semana : Juan Miguel Batista Hernández

Por Ángel Carbajal Aguilar

14 / Febrero / 2014

Pintor y catedrático


Nació en Tepic, por el barrio de La Alameda, entre Oaxaca y Miñón, casi en la pura esquina en el 134 que luego fue 138, es de los hijos a los que los papás les decían que se aprendieran la dirección para que los regresaran a casa, nació el 10 de Diciembre de 1959.

La primaria fue en la Adán Flores Moreno, secundaria en la Escuela Para Trabajadores Luis Batista Ortega y Artículo 123, la preparatoria en la 1 y con educación abierta la Normal Urbana durante 4 años y el quinto de servicio social.


Alternó Normal con Bellas Artes de Roma y Mallorca, cuando era concesionaria la maestra Dora Béjar, el maestro Carrillo fue su primer maestro de pintura cuando cursaba segundo de secundaria, otro maestro fue Don Santiago Rosas.


Estuvo un tiempo en Estados unidos en donde logró aprender parte de su cultura y traer experiencias de trabajo que no se viven en Tepic y en 1984 inició su trayectoria laboral en los programas de gobierno para concursos de dibujo, pintura y de artes pláticas.


Le tocó ganar los juegos florales del sector obrero, otro en un aniversario de Amado Nervo y en el Instituto Tecnológico de Tepic, dice que iba a las bolsas de dinero, era una de las maneras de hacerse de recursos y a raíz de 7 u ocho concurso que ganó lo invitaron a dar clases, haciendo su trabajo con el gusto de darle gusto a la gente.


Lo que la gente quiera ver y lo que no haya visto es lo que funciona aunque hay muchos y mejores, pero también hay otros menos mejores.

Como maestro lleva la misma mentalidad de que la gente crea su propio mundo, en el que, dice que estamos nosotros para mejorarlo, pintarlo de colores alegres, de fiesta, no para pintarle de crisis, más grandes de las que tenemos. Nada de negro todo de fiesta y carnaval.

Como pintor quiere ser el regulador, el modulador de muchas cosas, la gente no quiere traumas, están hartos con los propios.


Para su jubilación de 30 años ya inició los trámites a partir de mediados de enero, y va contra viento y marea.


Con cinco años de divorciado, porque dice que o se casas con el arte o con la familia, pero la suya se compone de sus hijos Bernardo, Laura y Juan Miguel Batista Bermúdez, son el orgullo más grande que Dios le dio.


Sus sueños son dejar obra para que la gente lo recuerde, después de los 60 la cotización se conserva con economía y virilidad para el amor, sigue haciendo las cosa bien y trata de mejorarlas, porque en cada oportunidad hay que corregir los errores anteriores y ser ejemplo para los hijos y dice que a cualquier edad seguirá teniendo sueños y seguirá generando creatividad y nuevos logros.

Y pregunta, ¿qué van a hacer ustedes, sus hijos, para que él se sienta orgulloso de ellos? Dice que es un doble compromiso.


Después de sus hijos va sembrando la esperanza a las nuevas generaciones de niños y jóvenes de que el mundo pueda ser mejor, planteando metas con organización.

Piensa dejar sembrada para las nuevas generaciones creatividad y trabajo y lo va a lograr con la creación del Jardín del Arte, para los que van a crear y vivir en el futuro: pintores, poetas, escritores, músicos, periodistas, políticos y toda la sociedad que tenga la idea de dar lo que su corazón guarda.