El Personaje de la Semana: Martín Valadez Albarrán

Por Ángel Carbajal Aguilar

07 / Marzo / 2014

Con la mente en los tiempos de la niñez, menciona que nació el 26 de Noviembre de 1964, en el pintoresco e histórico Pénjamo, Guanajuato, el de las canciones de José Alfredo Jiménez, la primaria la hizo en el rancho El Tigre, Guanajuato y la secundaria fue en la 10 de Tepic.

Su familia siempre anduvo errante y cuando les tocó vivir en la ciudad de México de cinco años ingresó al Kínder en la colonia Juventino Rosas, de ese tiempo recuerda que se puso a pintar y la sorpresa fue que la maestra muy enojada, en lugar de calificarlo, lo castigó y le rompió el cuaderno, pero eso no le afectó y sigue pintado.
El don de plasmar la imaginación en un lienzo a través de los colores y el pincel ya lo traía desde siempre y aprovecho cualquier descuido, en todos los tiempos de estudio para cambiar los trabajo y la tarea por paisajes con arbolitos, ríos, casas y cielos de diferentes tonalidades, a veces salían de la imaginación, otras de lo que miraba o copiaba en los libros.

El arte de la pintura se puede aprender a través de la preparación académica, pero es mucho más fácil cuando se trae ese don divino, que aunque todo mundo se ponga en contra, termina uno, dice, por realizar grandes obras con el agregado de poderlos vender en grandes cantidades.
Entre los autores en los que se ha inspirado está Bonet, Salvador Dalí, quien se llamaba Salvador Felipe Jacinto Dalí I Domènech, marqués de Dalí de Púbol, nació en Figueras, 11 de mayo de 1904 y murió –ibídem- el 23 de enero de 1989. Pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español, uno de los máximos representantes del surrealismo.
Fue conocido por sus impactantes imágenes surrealistas de habilidades pictóricas a través del arte renacentista, el cine, la escultura y la fotografía, siempre con la habilidad de plasmar un estilo personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico con innovaciones como La persistencia de la memoria o relojes blandos.
También Renoir y Rembrandt, y de México Frida Kahlo, una de las primeras impulsoras del arte y la cultura y gran feminista, Rufino Tamayo, José María Velazco, de ellos ha estudiado toda la grandeza de cada uno y la influencia que lograron a través de los acontecimientos sociales de su época, todos eran grandes de imaginación y protesta.
La primera exposición la realizó, hace como 20 años, en un taller de la avenida México del maestro Juan Lamas, desde esa fecha ha seguido produciendo en forma profesional, tanto obra cara, como murales y rotulación, cuando le piden también hace copias particulares.
Su estudio-taller y oficina de trabajo, hasta donde van a buscarlo o le llaman por teléfono, se ubica en la colonia Buenos Aires desde donde tiene el privilegio de contar con una vista panorámica de la gran ciudad capital de los nayaritas.
Su familia, que es lo más importante a quien pone toda su atención, se componen de su esposa Rosa Cruz Negrete con sus hijos: Luis Adrián, Mariel y Rosita y de otra familia, dos jóvenes adultos, son Julio Cesar Valadez Mata y Roberto Carlos Valadez Mata.
Los sueños son hacer carrera en la pintura, construirse un futuro de prestigio en las artes plásticas, sabe que tiene madera y está trabajando en ello, no es cosa de suerte es cuestión de trabajar y desarrollarse en la máxima expresión para llegar a figurar en las grandes ligas y pronto codearse con los grandes.

Para los hijo pequeños desea inculcarles todos los valores, a que no se acostumbren a ganar dinero de la forma equivocada, con moral, ordenada, que sean hombres de bien, que sepan respetar y respetarse en todos los aspectos.
Dice que el hombre nace forma perfecta, pero poco a poco o se va descomponiendo o se mejora; que todo depende de la influencia del medio en que se desarrolla, cuesta lo mismo vivir en armonía, actuar correctamente y los resultados será indudablemente correctos.
En el mar de la vida es difícil entender el pensamiento de los gobernantes, se ocupa que los habitantes despierten, que fortalezcan su conciencia que le permita ver la diferencia entre los que quieren servir o servirse de la opacidad, la necesidad o pequeña ambición de los votantes.
Martín Valadez es parte de la Fundación Isidro Fabela, con un grupo de pintores, escultores y artistas de la plástica, todos con la idea intentar cambiar o influir en las nuevas generaciones, rescatar todos los talentos que andan perdidos y formar una nueva escuela, entre ellos a los grafiteros u otros talentos de lo que puede ser rescatable, de seis, puede ser la mitad, pero sería buena cosecha que se multiplicaría con los nuevos valores.
Hay que trabajar un poco más de lo que nos permita nuestras fuerzas, hay que dar un poco más de lo que damos y hay que seguir por el camino correcto un poco más de lo normal, para que nos sigan y nos alcancen las nuevas generaciones en el rescatar de los buenos.

Con una gran sonrisa dice que el gusto por la música es desde siempre y que ha sabido distinguir entre lo clásico, música andina, japonesa, también el Teatro, Opera, Bellas artes, orquesta sinfónica, danza sobre hielo y flamenco.
Próximamente tendrá una exposición individual en la explanada de La Presidencia Municipal y otra colectiva en esta Semana Santa para después participar en El Jardín del Arte que impulsa el Centro Cultural de la Fundación Isidro Fabela.