Editorial

27 / Marzo / 2014

Héctor Paniagua Salazar, es el nombre del político que ha sabido manejarse de manera magistral en Bahía de Banderas, pero no ha sabido ir más allá, incursionar en la política estatal menos nacional.

Para muchos, el dos veces presidente municipal de Bahía de Banderas, es uno de los mejores políticos que tenemos en este lugar y precisamente parece vivir de esa fama.

Desprecia los eventos convocados por su partido el PRI, pero hace sus propios eventos para demostrar fuerza, para seguir vigente, para seguir siendo tomado en cuenta dentro de la mesa de las negociaciones.
Para otros su actitud es rebeldía, pero también si así fuese, es una manera de demostrar que no está de acuerdo en la forma como se está conduciendo el PRI a través de sus eruditos dirigentes.

Y, mientras dice no tener dinero a causa de la enfermedad de su esposa, celebra su cumpleaños con una fiesta para miles de personas con harta birria, raudales de cerveza y música, con un costo no menor al medio millón de pesos.

Nadie sabe exactamente qué busca, pues debería fijar su objetivo en una diputación federal, pero enrarece el ambiente del municipio con una supuesta aspiración de nueva cuenta, a la presidencia municipal.