El Personaje de la Semana: PEDRO CASANT PINTOR

Por Ángel Carbajal Aguilar

28 / Marzo / 2014

Recordando una exposición, entre Bares y Cantinas se inicia la entrevista en un bar de la calle Querétaro, mientras ‘eclipsaba el calor con una ambarina’, el pintor nacido en Santa María del Oro, un 29 de Noviembre de 1946. Sus amores: su esposa Alicia González; sus hijos Cecilia Liliana, Claudia Loret, Pedro Gerardo, José Manuel, y su Pintura.
Su más grande privilegio fue abrirse las puertas en la Máxima Casa de Estudios, la Universidad Autónoma de Nayarit, con la pasión más grande de su vida, la pintura, en donde hizo murales, también en Tecuala e Ixtlán del Río. Jubilado como catedrático en la Preparatoria Número 13, todo gracias a la invitación del mejor Rector, Javier Germán Rodríguez Jiménez.

En El Instituto Nayarita de Bellas Artes, su primer maestro fue Armando Oliveros en 1964, y los pintores consagrados y principiantes de aquel tiempo eran: Emilia Ortiz (q.e.p.d.), Julio Casillas Larios, Santiago Rosas, José Luis Soto, José Meza Velázquez, Rodolfo Amezcua del Río (q.e.p.d.), Juan Lamas, Vladimir Cora, Corina Ramírez, entre otros; 14 iniciaron la Plástica Nayarita en 1977.
La primera exposición colectiva fue con Juan Lamas, ya ingresado en la UAN empezó apegado a lo académico, todo lo que veía moderno no servía para él, pero el tiempo y la experiencia lo cambiaron. Fue a la ciudad de México y descubrió a las artistas Remedios Baro y Teodora Carrington, pintoras surrealistas en la galería Cristal en la Alameda Central del DF, eso lo impactó; la obra ellas la manejaron hasta los últimos días de su vida.
La influencia del DF lo sacó del marasmo académico en que estaba Pedro Casant, y, en Tepic siguió la obra con otra visión de pintar surrealista, con la posibilidad de ser imaginativo a lo que le agregó creatividad y con ello se abrió un nuevo panorama de toque personal.

Se inicia con el figurativo, de caso lírico que era, a surrealismo y en ese momento empezó a encontrar la identidad y realizó su primera exposición colectiva con Emilia Ortiz; Juan Lamas, Rodolfo Amezcua del Río y varios jóvenes de ese tiempo, consagrados hoy.
Empezó a crear, sin tratar de convencer a nadie, con más libertad, y en 1977 hizo su primera exposición individual en el Museo Regional de Nayarit, con formas más modernas, ya había dejado el surrealismo y adoptó nuevas formas, más modernas, y logra la habilidad en el manejo del color, la textura, los trazos y la chatarra.
Actualmente impera el realismo mágico, del que recuerda al maestro Camacho de Guadalajara, que decía, que, es acercarse y tocar las cosas, para descubrir esa magia del realismo.
En San Blas logró acercarse al contacto con personajes, aves, tortugas y amorfos.
De Tepic solo tiene obra inspirada en las cantinas, pero en San Blas ha expuesto en bares, restaurantes y hoteles. En la capital no lo entienden y no les interesa, en San Blas es otro ambiente por el turismo y porque los encargados ven el valor agregado hacia sus negocios.

La cantina es el baño de lágrimas para hombres como para mujeres, se aprenden cosas nuevas, se hacen los grandes negocios, se realizan los tratados gubernamentales, se dan las necesarias escapadas del arduo trabajo, de los compromisos o problemas.
En Zaragoza 176, entre Querétaro y Durango, está el estudio en donde están los recuerdos: libros, discos, objetos, cuadros, pinturas, diplomas, reconocimientos, fotografías, plumas, pinceles, pinturas lo que ha logrado en su carrera como pintor profesional, además de su dormitorio.

En la actualidad existen grupos de pintores, fundaciones que están haciendo el trabajo que no hacen los gobiernos, faltan galerías, con premios que solo sirven para la curricular pero no para cotizar, pide que en giras gubernamentales, ferias turísticas en México y a USA sean invitados.
El valor de las obras en Nayarit, más que la calidad, de pintura y textura se basa en el formato, entre más grande más valor le dan a la obra, dice que nunca ha vendido un cuadro pequeño en 20 mil pesos, pero uno de gran tamaño sí.
Para que haya obra cara se ocupa que haya pintores preparados, egresados de escuelas famosas y que estos plasmen pasión, alma, vida y corazón en cada pincelada y con ello logren que los centros de cultura de los gobiernos, galerías; y los negocios de pintura volteen y se convenzan que vale el cuadro más que los galones de pintura impresos en el lienzo.
Falta capacidad económica de los creadores para viajar con la obra a otros lugares a donde les gusta admirarla, sin dinero se manda y luego se pierde porque no hay para recogerla, además ni siquiera se sabe si está en una sala, galería o abandonada en una bodega.
Le gusta mucho la vida, le han pasado cosas pesadas, pero está vivo; en 1977 tuvo un accidente en casa con una explosión de gas en la madrugada, por poco desaparecen de esta vida, tardó un año hospitalizado y para recuperarse varios años. Experiencia que no desea a nadie.

Entre los sueños cumplidos está ver realizados a sus hijos y tener nietos y un bisnieto, cotizado como pintor, contar y gozar del respeto y el cariño de sus hijos -con un suspiro dice: eso valió por todos los desvelos-, es afortunado de tener la mejor familia de Tepic.

Otro sueño realizado es haber sido muralista y catedrático de la UAN y estar Jubilado desde hace 3 años y poder seguir trabajando para invertir el tiempo en nuevas obras, los gobiernos han heredado espacios para los artistas: museos, centros culturales, plazas, plazuelas, teatros al aire libre, salones ejidales. Solo falta, que los artistas sean menos ‘divos’ y que el gobierno genere más presupuestos a la cultura.