REDESCUBRIENDO: Homenaje a la Pluma Octavio Paz.

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

01 / Abril / 2014

En esta ocasión pongo a su disposición parte del pensamiento político del ilustre intelectual y escritor mexicano Octavio Paz, por su centenario de su nacimiento (31 marzo 1914). Como lo definiría el grupo editorial de Proceso, Octavio Paz esVoz que no calla, luz que no se apaga. Edición especial No. 44. Lo que aquí se reproduce es tomada, precisamente, de dicha edición dedicada al escritor mexicano. Que disfruten la lectura.

Es comprensible la obsesión de los intelectuales mexicanos por el poder. En nuestra escala de valores el poder está antes que la riqueza y, naturalmente, antes que el saber. Cuando los mexicanos sueñan con la gloria, se ven el pecho cruzado por la banda trigarante. No predico la abstención: los intelectuales pueden ser útiles dentro del Gobierno a condición de que sepan guardar las distancias con el Príncipe. Gobernar no es la misión específica del intelectual. El filósofo en el poder termina casi siempre en el patíbulo o como tirano coronado. El intelectual, ante todo y sobre todo, debe cumplir con su tarea: escribir, investigar, pensar, pintar, construir, enseñar. Ahora bien, la crítica es indispensable del quehacer intelectual. En un momento o en otro, como Don Quijote y Sancho con la iglesia, el intelectual tropieza con el poder. Entonces el intelectual descubre que su verdadera misión política es la crítica del poder y de los poderosos.

El gran fracaso de Vasconcelos (intelectual mexicano candidato a la presidencia) no fue la derrota electoral sino la incapacidad de Vasconcelos y sus amigos para formar un auténtico partido político con un programa propio. Gómez Morín lo intentó después, sin mucho éxito Veo una ausencia de proyectos. Si vuelvo la cara hacia la derecha veo a gente atareada haciendo dinero; si la vuelvo hacia a la izquierda, veo gente atareada discutiendo. Las ideas se han evaporado. O han hecho sus pruebas y han fracasado. Los mexicanos creíamos que nuestro país era un cuerno de la abundancia y sobre esa ilusión construimos, el siglo pasado, nuestro proyecto nacional. Quizá, la única salida nacional a la crisis de Occidente. El socialismo fue pensado y diseñado para los países desarrollados. Según Marx y Engels es la etapa más alta del desarrollo social, de modo que viene después y no antes del capitalismo y la industrialización. Sobre esto Engels fue determinante: no se pueden saltar las etapas históricas.

En México todos o casi todos los escritores, sin incluir a gente que fue la independencia misma como Revueltas y Cosío Villegas hemos servido en el Gobierno. Compromiso peligroso que puede convertirse en pecado mortal si el escritor olvida que su oficio es un oficio de palabras y que entre ellas una de las más cortas y convincentes es NO. Uno de los privilegios del escritor es decir NO al poder injusto. Pero ese NO debe brotar de la conciencia y no de la táctica, la ideología o las necesidades del partido. La función política del escritor depende de su condición de hombre fuera de las combinaciones políticas. El escritor nos el hombre del poder no el hombre del partido: es el hombre de conciencia.El mejor premio literario que puede dar un gobierno es respetar la libertad de expresión y garantizar el ejercicio de la crítica. Cosío Villegas pensaba que el punto positivo de la gestión de Echeverría, por lo que serían perdonadas muchas cosas, era su respeto por la libertad de prensa. ¿Por qué, a última hora, con un sólo gesto, anulo lo que había hecho? La soberbia es el vico de los poderosos. Yo no creo que los escritores tengan deberes específicos con su país. Los tienen con el lenguaje y con su conciencia. El panorama político no es alentador. La derecha mexicana ha dejado de pensar en términos políticos desde la muerte de Miramón. Es una clase acomodaticia y oportunista. Su táctica, o mismo en la época de Díaz que ahora, consiste en infiltrarse en el Gobierno. Es una clase que hace negocios pero que no tiene un proyecto nacional. El país, para ellos, no es el teatro de su acción histórica, sino un campo de operaciones lucrativas. La izquierda sufre una surte de parálisis intelectual. Es una izquierda murmuradora y retobona, que piensa poco y discute mucho. Una izquierda sin imaginación. No obstante, hay débiles signos que anuncian, quizá, un cambio. Para que México encuentre al fin su camino, los mexicanos debemos comenzar a pensar por cuenta propia. En lugar de importar soluciones para resolver problemas que no tenemos, deberíamos estudiar nuestros propios problemas. Son inmensos. No pido soluciones: pido que alguien se atreva a hacer las preguntas pertinentes Pero el escritor tiene una responsabilidad mayor con su conciencia que sus creencias, su patria, su iglesia o su partido. Si su obispo miente, su Rey tortura, si su Patria es injusta, su Partido oprime: el escritor debe decirlo.

Las aseveraciones del escritor fueron pronunciadas en el año de 1972 aproximadamente, en varias entrevistas concedidas a Julio Sherer García, y pareciera que describe perfectamente la realidad política actual. Hasta la próxima. redescubriendo@hotmail.com