Confirma genética que son madre e hijos cadáveres de San Cayetano

11 / Abril / 2014

Por Oscar Verdín Camacho

Estudios de genética realizados por el área de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE), confirmaron que los cuerpos de una niña, un niño y una mujer adulta corresponden a familiares entre si.

El cadáver de la niña, de quien se estiman unos cuatro años de edad, fue encontrado el miércoles 19 en una parcela de caña recién quemada en San Cayetano, municipio de Tepic, mientras que los del niño y la mujer, que sería la mamá, se localizaron un día después.

El cuerpo del pequeño permanecía en la misma parcela que el de la niña y fue hallado mientras avanzaba el corte de caña por parte de trabajadores. A raíz de ello se inició la búsqueda en una zona amplia y condujo al tercer cadáver, encontrado entre cañas aún sin quemar.

Cumplidas las tres semanas del hallazgo, continúa la incógnita sobre la identidad de las víctimas puesto que nadie los ha reclamado. Se les mantiene en un área de refrigeración del Servicio Médico Forense (SEMEFO) y ahí podrían permanecer semanas e incluso meses.

Según se conoce, policías estatales continúan recorriendo pueblos de la región, galeras de cortadores de cañas, contactando a autoridades locales e intentando conocer si alguien sabría la desaparición de una mujer y sus dos hijos. Hoy se conoce que la mujer oscilaría en los 25 años de edad. Pero no hay mayores datos.

Una de las teorías es que pudiera tratarse de una familia de otro estado, quizás del sur del país, que año con año arriban al corte de caña. El hecho de que la mujer haya sido encontrada semidesnuda, podría ser indicativo de una cuestión pasional. Se pensaría entonces en su pareja, pero en todo esto falta conocer la identidad.
Se calcula que los homicidios ocurrieron entre fines de febrero o principios de marzo. Otra interrogante que parece no tener explicación es por qué los cuerpos fueron encontrados en lugares distintos, aunque en una misma zona parcelaria. La mamá, más lejos de los hijos.

A partir del citado hallazgo se detonaron múltiples versiones, especialmente en torno a presuntos intentos de robo de niños.

Una fuente que conoce el asunto precisó que los tres cuerpos no tenían ni siquiera intentos de sustracción de órganos. Los homicidios habrían sido a golpes.

Con la confirmación genética de que los cadáveres corresponden a una familia, ahora falta saber quiénes eran.

En caso de que los cuerpos sean sepultados, la FGE cuenta con sus datos genéticos para, en dado caso, compararlos en un futuro con otras personas.