DICHO POR ROCHA: Torres Bodet

José Guadalupe Rocha Esparza

14 / Mayo / 2014

Hace 40 años, víctima del dolor que padecía por cáncer, se suicidó una mente sorprendentemente brillante y lúcida: Jaime Mario Torres Bodet, poeta nato, prosista, orador, ministro, educador, diplomático, humanista, escritor, crítico literario, contemporáneo amigo de Xavier Villarrutia, Bernardo Ortiz de Montellano, Carlos Pellicer y José Gorostiza.

Torres Bodet, quien recibió desde los doce años el reconocimiento de su profesor de literatura Enrique Fernández Granados; quien escribió a los diecisiete su primer libro de versos, Fervor y a los veintiuno El corazón delirante, van esculpiendo la diamantina, ordenándose rigurosamente las rimas y acentuándose artísticamente los tercetos de exquisita factura.

La cúspide de su producción poética vive en Fronteras 1954, Sin tregua 1957, Cripta y Sonetos, que hacen referencia a su primer recuerdo: la muerte. En la prosa se entremezcla la profunda crisis de su vida, la enfermedad seria que enfrentó en la oscuridad y privarse de algunos de los goces en la vida. Su existencia termina en 1974 con un disparo en la sien.