Cuentos del Tío Chon: LA LLORONA DEL TRAPICHE DE EL AHUACATE

Por: J. Asención Jiménez Flores

07 / Agosto / 2014

Era un trapiche ubicado cerca del rancho el Realito, en el municipio de Compostela, Nayarit., ahí se fabricaba piloncillo. Éste, único en la región, por su construcción de madera en forma de rueda con un diámetro aproximado de 10 metros, que giraba a base de agua que caía en la parte más alta de la rueda en los depósitos construidos a su alrededor, con el movimiento hacia girar los peones de metal que molían la caña.

La gente que trabajaba allí, más que compañeros de trabajo parecía una familia, el dueño don José, escogía su gente, cortadores de caña, fogonero, gabacero, pailero y otros más.

Muy peculiar su gente, tenía un muchacho de unos 14 años, moreno, vago como no había otro, le apodaba El Chile, encargado de las labores de traer de Compostela los bastimentos de los trabajadores; había otros que jugaban béisbol, época en que recientemente había sido construido el Estadio de este deporte en Compostela, por el gobernador de ese entonces don Gilberto Flores Muñoz, y contaban con entrenadores cubanos Julián Puyans y posteriormente el zurdo Efrén.

Los trabajadores de El Molino que jugaban béisbol, eran El Huesos, originario de Etzatlán, Jal.; Miguel, de la Cofradía de Acuitapilco, municipio de Santa María del Oro; El Chepo, oriundo de Compostela; también trabajaban allí El Mamarut Rodolfo y El Camellito, y otros que se me escapan sus nombres y que formaban parte del grupo.

Para ir a ese trapiche se caminaba como una hora aproximadamente desde Compostela, por un camino que se usaba para las carretas en aquellos tiempos. Como todos se quedaban a dormir en El Molino, lo cual era !a condición para conservar el trabajo, porque había que madrugar para empezar la producción, la única diversión era ir al cine a Compostela así que cuando anunciaban una buena película con su gritón don Carlos El Churrero, que usaba su embudo de lámina y gritaba en cada esquina: ¡HOY PELICULA DE ESTRENO EN SU CINE GRADILLA DOS TIPOS DE CUIDADO CON PEDRO INFANTE Y JORGE NEGRETE NO FALTEN!

Así que se organizaba el grupito de los más jóvenes siempre juntos porque al regreso les daba miedo, ya que el camino se ponía muy obscuro y había una curva donde crecía una higuera vieja y frondosa, y se contaba que allí en la época de la guerra cristera habían colgado algunos cristeros, y se rumoraba que se oían ruidos extraños; los muchachos cuando volvían de regreso del cine como a las 12 de la noche, al llegar a la famosa higuera empezaban a cantar y otros silbando para perder el miedo.

Una vez dijo don José el dueño de El Molino, -No me gusta que don Hermilo vaya a cortar caña en la noche, que aunque hay bonita luna me deja los troncones de caña muy altos- Esto lo platicaba con los más vagos del grupo. -Denme una idea para asustarlo y que no siga trabajando de noche-.

Sí, yo tengo una idea -dijo uno de ellos-, iríamos tres por el arroyo y nos esconderemos estratégicamente del tal modo que uno de nosotros quede cerca de donde anda él, otro se escondería como a cincuenta metros y otro más a otros cincuenta metros, el que quede más lejos pega el primer grito largo de la llorona AAAAAAAY MIIIIIIIS HIIIIIIIIIJOS se deja pasar un minuto luego grita el otro y después al siguiente minuto grito yo que voy a estar cerca.

Manos a la obra -dijo el patrón- hay que esperar un rato que sean las 12 de la noche, y se van a esconder por el arroyo.
Cuando el cortador de caña escuchó el grito más cerca se asustó tanto que tiro el machete, se hincó y levanto los brazos al cielo diciendo: Ayúdame Dios mío, en el nombre de Jesús, María y José, y corrió al dormitorio de El Molino, acostándose a dormir, pero al siguiente día, inmediatamente empezó a contar lo que le había sucedido en la noche cuando estaba cortando caña: Eso sí les digo, que jamás cortaré de noche.
FIN