Cuentos del Tío Chón EL REY LOCO

22 / Agosto / 2014

Voy a referirme a una persona muy peculiar que vivió hace ya bastantes años en un pueblo cerca de la Capital Nayarita, fue una persona que dejó recuerdos imborrables para los que lo conocieron, incluso convivieron con él de una manera extraña. Por el comportamiento de éste hombre; voy a tratar de describirlo de una manera somera y rápida: vivía solo en una casa grande abandonada, se mantenía vendiendo revistas usadas, su fisonomía no era muy agradable, aparte de estar flaco tenía una nariz grande, una risa burlona, estaba molacho y su cara reflejaba un enojo a flor de piel, los chiquillos de esa época les daba por burlarse de él, gritándole REY LOCO, el corría detrás de ellos tirándoles pedradas, pero nunca los alcanzaba, algunos decían que traía una navaja, pero si la traía nunca hirió a nadie.

En sus ratos de lucidez y tranquilidad le gustaba platicar con algunas gentes mayores y les contaba que la casa donde vivía pertenecía a unos parientes lejanos muy ricos, y los habían dejado cuidándola. Sigue contando el Rey Loco, en ésta casa hay dinero enterrado, otras personas que ya la habían habitado, vieron una noche a un hombre vestido de charro caminando por un pasillo, LOS LAUREANOS habían enterrado en esa casa 40 cargas de plata sellada y dos de oro, y le dijo un pariente si te animas a escarbar y lo encuentras, guárdate todo el dinero; y le preguntaron ¿Por qué no escarbas? Es que tengo miedo, porque también me dijeron que la persona que encuentre el tesoro no lo disfrutara porque morirá en el lugar.

Agregó más sobre LOS LAUREANOS: era un grupo de asaltantes que robaban a los arrieros el dinero y metales preciosos luego lo enterraban, hacían un mapa o croquis y dejaban señas en árboles y piedra, para no olvidar en donde quedaba enterrado. Justificaban sus asaltos pensando en no dejar a los dueños de minas y haciendas se llevaran el dinero a otros países; que de antemano conocían la fecha cuando llegaría el barco y se fondeaba cerca de las playas de Chacala, para llevarse la carga.

El REY LOCO platicaba orgullosamente que él era descendiente lejano de la CONDESA DE MIRAVALLES, señora viuda y muy rica, quien se daba el lujo de usar para la mesa loza de oro y plata, era dueña de una mina en producción que le daba bastante plata; para distraerse adoptó un puerco como mascota, lo bañaba diario y lo enseñó a comer en la mesa en bandeja especial de plata; se encariñó mucho con su mascota y con el paso del tiempo ya no podía controlarlo, como si tuviera el diablo metido, fue necesario pedir ayuda al padre de la Iglesia de Compostela, para que rezara y le expulsara el diablo. Dijeron los vecinos que eso hizo el sacerdote y cuando echó el agua bendita al puerco. Él animal corrió hacia el monte, la gente lo siguió y vieron cuando explotó en una laguna; y desde entonces le llaman La Laguna del Diablo.

Comentó la gente que conoció a este personaje que murió pobre, medio loco y sintiéndose Rey.

FIN