Estado de los ESTADOS: Sacuden el avispero

Por Lilia Arellano

22 / Agosto / 2014

Entre las cortinas de humo y las triquiñuelas que van descubriéndose una a una relacionadas con el proceso que seguirán las leyes secundarias de la reforma energética y particularmente con los actos que tienen que ver con la tierra, mismos que se guardan por seguridad nacional, en secreto, hasta por 12 años y de las que ya se sabe que habrán de ser rentadas con ínfimos pagos y, en caso de negativa, simplemente expropiadas porque, según dicen, se trata de buscar un bien común, se sacan de la manga, con el intento de frenar cualquier movimiento de protesta en el campo, una serie de medidas que prometen a quienes ahí trabajan créditos, apoyos, respaldo. Ni qué decir del vigor con el que surgen las propuestas de consultas populares en diversos temas y patrocinadas por las principales fuerzas políticas. Entre los negocios y las medidas electoreras que garanticen la permanencia en el poder y por ende la protección de sus intereses se debate un gobierno que crea, día con día, miles de mexicanos pobres.

No han detenido esfuerzos ni dinero para la creación de la imagen de un gobierno fuerte cuando, el resultado es totalmente opuesto. Tan saben que no hay respaldo que tienen que fabricar escándalos, formar una tras otra las consabidas y ya muy detectadas obras teatrales a las que, quien sabe si tan inocentemente se prestan o caen los partidos opositores al PRI. A sabiendas de que el historial en el campo mexicano ha registrado caídas severas en todos los tiempos pero que, en el actual, se llegó prácticamente a la nulificación de producción incluso para el autoconsumo, la fórmula que ofrecen para reactivarlos ha generado mucha más desconfianza y confusión de la que, seguramente, esperaban. Y no es para menos cuando la solución gubernamental gira en torno a la creación de otra financiera, de una más, otro nacimiento de barandilla que fracasará como ha sucedido con Banrural, Banjidal y las que los antecedieron y sucedieron en esta serie, al parecer interminable, de creaciones que solamente enriquecen a los altos funcionarios, a los que manejan el dinero.

Es un anuncio con propuesta generada en las rodillas que no puede menos que pensarse que se trata de una carta debajo de la manga con el ánimo de contender cualquier movimiento que pueda surgir en el campo a raíz de la entrega que habrán de hacer de sus tierras a las empresas tanto nacionales y extranjeras que ya sea solas o como socias, exploren y exploten petróleo y gas. Y esos programas y creaciones sin ton ni son, revelan tanto el nerviosismo como la incapacidad, el desconocimiento y el temor de que, si no cuentan con grupos a los que les manejen la esperanza y a los que les arrojen algunas monedas disfrazadas de créditos que además tendrán que pagar con un módico interés del 7 por ciento, es por ahí que se vea llegar la entrada del tan temido México bronco. Han puesto a girar todo un avispero, porque la producción de alimentos, tanto de los de tierra, como de mar, las granjas avícolas, las porcícolas, las ganaderas, ha seguido en picada y, para colmo, los borregos que aquí nacen se van a engordar a la parte Sur de Estados Unidos, de donderegresa muy cara la carne.

Al tiempo que se han hecho una serie de importantes denuncias sobre la forma de operación que han propuesto en la reforma y las leyes energéticas con relación a tierra y mar, surge el tema del derrumbe de la producción de alimentos básicos, de las ganancias sin límite de los intermediarios pero, también y por los hechos de los últimos días de la grave contaminación que todo esto provocará. En Sonora ya se está viviendo esta etapa con el Grupo México, caracterizado por sumar en su haber decenas de accidentes, centenas de muertos y ahora un altísimo daño a la tierra y al agua sin que se conozca que han recibido sanciones que vayan acorde a los delitos cometidos. Dicen que tienen un protocolo de seguridad muy estricto, lo cual está en total y completa duda precisamente por el registro de tantos accidentes y por este derrame que se considera como un ecocidio minero, el más importante de las últimas décadas.