Detallan cómo fue la bronca de monederos electrónicos en Sears

* El empleado acusado señala que todo empezó al encontrarse en la basura algunos tickets de compra, pero se cree que en realidad ingresó al sistema de algunos clientes.

03 / Septiembre / 2014

Por Oscar Verdín Camacho

Bastaron unos reportes de queja por parte de clientes del centro comercial Sears en Tepic, durante julio pasado, para que desde oficinas centrales dieran seguimiento a una serie de compras realizadas por Internet y que condujeron a la detención del empleado José Manuel de la Rosa Cebreros, como lo informó la Fiscalía General del Estado (FGE) a principios de agosto.
Creyendo que no sería descubierto, De la Rosa no se midió: efectuó compras de un monedero electrónico a pesar de que la propietaria ya había interpuesto una queja, alertando una considerable disminución en su saldo, que le fue repuesto, pero que despertó la sospecha en Sears de que ocurría una situación ilícita desde el interior de la tienda. Y es que no era común dos reportes de la misma persona por compras que no hizo, y con pocos días de diferencia.

Por los mismos días, una pareja de recién casados que obtuvo un monto considerable por una mesa de regalos, reportó que su monedero electrónico no tenía saldo, sin embargo, se conoció después, aparecían varias compras por Internet.

La investigación que efectuó Sears y que posteriormente denunció ante la Fiscalía General del Estado (FGE), arrojó que José Manuel de la Rosa –adscrito al área de ventas de televisión y video- utilizó el nombre de varios de sus conocidos para aparentar que estos realizaban las operaciones, pero cometió un error por el que pronto fue ubicado: su número de celular aparecía en todas las compras.

Uno de los involucrados, por cierto su compadre y amigo de muchos años, apareció en dos de las transacciones pero aseguró que supo de ello hasta cuando el propio José Manuel le pidió que recogiera el producto: primero una máquina de coser enviada por paquetería, y luego una sala, llevada en un camión de Sears a un domicilio de la colonia Los Fresnos.
El testigo confesó que José Manuel le dijo que no había problema, pero le pedía el favor porque él, como empleado de Sears, no podía hacer compras de importante costo a la vez.

La segunda operación relacionada con la entrega de la sala, tuvo lugar el pasado uno de agosto y mereció un operativo encubierto por parte de policías de la Agencia Estatal de Investigación. Así, cuando el referido compadre –cuya identidad será omitida- aceptó el producto, los agentes lo interrogaron y aclaró que José Manuel de la Rosa era quien hacía las compras.

De la Rosa, en efecto, horas más tarde confesaría todo. O casi todo. Y es que aún cuando aceptó su participación en los hechos por el cúmulo de evidencias, justificó que obtuvo los números de monedero electrónico de los botes de la basura, puesto que algunos clientes ahí los arrojaban.

En realidad, se deduce que tuvo acceso a la información con base a las funciones que desempeñaba desde la primera semana de marzo en que empezó a laborar en Sears.

La investigación arrojaría que hubo otros clientes afectados, a los que la tienda regresará las cantidades retiradas ilícitamente.

Se calcula que el mal uso de monederos electrónicos durante el mes de julio por el ahora acusado, alcanzó poco más de 52 mil pesos.

En una declaración sobre los hechos, el acusado señaló que al realizar mis labores por error tiré algunos documentos que necesitaba a la basura, por lo que empecé a hurgar entre la basura en donde el declarante noté que la gente tiraba sus tickets, por lo que el de la voz después de haber localizado los documentos que necesitaba, recuperé algunos de esos tickets, notando que estos aparte de contar con los datos de la transacción realizada, alguno de estos contaba con el número de la tarjeta de monedero electrónico, por lo que el declarante empecé a maquilar que podría hacer compras vía Internet con dichos monederos electrónicos, indicó en su declaración.

El asunto ha despertado la interrogante de cuántos casos similares podrían presentarse en los centros comerciales que gratifican a clientes con monederos electrónicos, pero no los usan con regularidad para adquirir más productos o bien no tienen el cuidado de verificar periódicamente el saldo.
El caso José Manuel de la Rosa representa una alerta. En su momento recuperó la libertad bajo fianza.

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