ECONOMÍA INFORMAL O REVUELTA

Por Octavio Camelo Romero

09 / Septiembre / 2014

El comercio informal, los bajos salarios y el desempleo son los grandes problemas que tiene la economía mexicana. El asunto del salario mínimo es un problema ficticio creado por empresarios y gobierno al usarlo como indicador para otras actividades que nada tienen en común con el salario de los trabajadores. Pongamos por ejemplo la deuda por financiamiento para vivienda del INFONAVIT, la cual se tabula en salarios mínimos con el perverso propósito de impedir el alza de los salarios mínimos porque eso representaría el incremento de la deuda. Así de esa forma los trabajadores deudores del INFONAVIT se convierten en cómplices del gobierno y de los empresarios para abaratar aún más la mano de obra al congelar los incrementos nominales o al hacerlos por debajo del índice de inflación de precios al consumidor. De allí que no procederá la propuesta de incremental salario mínimo a menos de que se deshaga como indicador y se desindexe de dónde con esa categoría se tiene. Una consecuencia inmediata de la congelación del salario nominal y de la baja del salario real es la situación de pobreza de más del 50% de los habitantes del país al estar por debajo del nivel de bienestar social, no del bienestar alimentario como perversamente lo establece del gobierno y los empresarios. La depauperación social es relativa porque se relaciona con las necesidades sociales que año con año aumentan de conformidad con el desarrollo de las fuerzas productivas y de la producción social. En tanto que la depauperación absoluta está referida a la satisfacción de las necesidades básicas mínimo-indispensables para seguir viviendo o para no morirse de hambre. Por eso la línea del nivel de bienestar que impone el gobierno se refiere a la canasta básica indispensable para la subsistencia de una familia, esto es, para la determinación del nivel abajo del cual se tendría la depauperación absoluta de las familias de mexicanos. Está claro que desde el gobierno de Miguel de la Madrid la estrategia de los gobiernos de la república ha sido abaratar al máximo la mano de obra con el propósito de que el capital extranjera pudiera interesarse en invertir en el país. Sin embargo no ha sido del todo exitosa porque la inversión extranjera directa ni siquiera ha compensado la inversión que los mexicanos han hecho en el extranjero. Esto habla del fracaso de esa política pública y de la situación de riesgo en que pone al país con una población del más del 50% en calidad de pobreza social. La única vía de los mexicanos para soportar la depauperación relativa ha sido la economía informal, esto es el vender en sus casas y en la calle lo que se pueda vender para obtener un ingreso y poder hacerle frente a la situación de pobreza en que se encuentran. Pero ante la eventual discusión de la elevación del salario mínimo, la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos plantea que primero se debe fortalecer la formalidad, esto es, acabar con los tendejones y vendedores ambulantes al hacerlos comerciantes formales ya que según esta agrupación de esa forma los trabajadores estarían en condiciones de mejorar sus salarios y la calidad de vida de sus familias. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los seis millones y medio de personas que viven con el ingreso equivalente al salario mínimo, el total se encuentra en el sector informal mientras que la mayoría de los trabajadores del sector formal, en promedio, obtienen tres veces el salario mínimo general y sólo siete por ciento de la población gana un salario mínimo en la formalidad. La falacia está en que no hay inversión en el país y por tanto no hay puestos de trabajo. Por eso, si a estas familias se le priva de su sustento seguramente se les enviará a una revuelta. En fin.