La Química nos ha fallado

Por Chilo Cervantes

23 / Septiembre / 2014

Antes de la llegada de los españoles a las tierras de América, los pueblos mexicanos distribuidos en muchas tribus que habitaban las diferentes regiones, habían alcanzado una gran cultura, dejando a la posteridad asombrosos testimonios que ahora son objeto de estudio. Pero llegó el mestizaje con los hijos de Isabel la Católica y nos falló la química. El resultado fue desastroso. Hay cosas que no se pueden revolver sin provocar daños como el aceite y el agua, el pepino con la leche, la sandía con la cerveza, la marihuana con el vino, etc. La mixtura resultante de indios americanos y españoles salió pésima. Los años previos al descubrimiento de América, las culturas europeas y americanas tenían una cierta semejanza y si bien los europeos llevaban ventajas, había espacios de cultura en que les dábamos veinte y las malas.

El maridaje resultó fatal. Los mexicanos salimos flojos y huevones, cantadores y borrachos y en la segunda parte del siglo veinte apareció la plaga de los políticos súper ratas. Y si observamos el desarrollo del resto de países americanos que recibieron el mestizaje español fácilmente verán que están igual de jodidos que nosotros. Pueden ser contados con los dedos de una mano los nacionales que descuellan en América, sobre los demás países americanos. Una de ellas, es Argentina, tiene una superficie mayor que la República Mexicana. Nosotros tenemos dos millones de kilómetros cuadrados y los ches disponen de una superficie total de dos millones 776 mil kilómetros cuadrados y todavía están reclamando el territorio de las Islas Malvinas, por las cuales libraron una guerra contra Inglaterra, que perdieron.

El mestizaje de los indios argentinos no fue con españoles. ¡Dios los libre! Los nuevos argentinos llevan en sus venas sangre italiana, francesa, alemana, inglesa y española en proporciones que no pudieron hacer tanto daño al país. Tienen los argentinos muy fuerte ganadería en las fértiles pampas donde también desarrollan una agricultura abundante que exporta fuertes excedentes entre otros países a México. Los productos del campo, donde no hay programas políticos que paguen más por la propaganda que las cantidades que entregan a los campesinos, dan lugar a un comercio fuerte y consistente que mantiene en progreso constante a los argentinos.

Aprovechan un millón de hectáreas de riego. Su ganadería es de primer orden mundial. Tienen miles de millones de cabezas de ganado vacuno, ovino, porcino, caballar, asnal y mular. Tienen la pesca considerada entre la más rica del planeta. Gozan de grandes reservas de petróleo que comercian libremente sin venderlo a escondidas. Tienen gas natural, carbón, hierro, plomo, zinc, antimonio, uranio, manganeso, azufre, estaño, cobre, plata. Producen sus parcelas trigo, maíz, cebada, avena, centeno, frijol, garbanza, chícharos, lentejas, arroz, linaza, girasol, cacahuates, tomates, papas, cebollas, plátanos, manzanas, peras, uvas, algodón, caña de azúcar, aceitunas. Los argentinos tienen la fortuna de no estar de vecinos de los Estados Unidos, y entre tango y tango se dedican a trabajar. (Cel. 311-230-92-30)