Cientos de santiaguenses acudieron al templo del Señor de la Ascensión a la misa en honor a Doña Julia Abud

14 / Octubre / 2014

Por José María Castañeda

Santiago Ixcuintla, Nay.- Lo que siembras es lo que cosechas, dijo en entrevista el senador Manuel Cota el pasado domingo en la misa que se le oficiara a la estimada dama de sociedad Julia Abud, y el ver el templo del Sr. De la Ascensión pletórico de gente de diferentes estratos sociales, concluimos en que estas muestras de afecto y sentimientos fue lo que sembró a lo largo de su existencia Doña Julia, junto con su esposo también desaparecido don Raúl Rodríguez Verduzco.

A Doña Julia, la conocimos siempre como una dama generosa y sencilla luego que en el trayecto de su casa al templo era constante que detuviera sus pasos para saludar a una humilde vendedora de nanchis, de nopales etc., con una sonrisa dibujada en su rostro cubierto con una plateada cabellera haciendo lo mismo con personas de sociedad; es decir para doña Julia no había distinciones, era amable con la gente, además de generosa ya que apoyaba a quien así se lo solicitaba. Era el mismo caso de su desaparecido esposo, Don Raúl Rodríguez Verdusco, quien atrás del mostrador de su refaccionaria o de la gasolinera Rodríguez, solía dar el trato por igual al campesino cuando acudían a buscar alguna refacción, que al ayudante de mecánico que solicitaba alguna pieza.

La humildad para conducirse con sus clientes fue semilla fértil que aplican ahora sus hijos Raúl y Rodolfo. Al resto no los he tratado, pero seguro estoy que Jorge y Julia deben de observar los mismos preceptos de sus progenitores, es por eso que el pasado domingo en el templo del Sr. De la Ascensión no cabía un alfiler de tanta gente que se dio cita para estar presentes en la santa misa oficiada en honor a Doña Julia Abud, donde era común encontrarte con políticos de la talla del senador Manuel Cota, de Manuel Narváez, de Lucas Vallarta Chan, de Sergio González García, del Dr. Benigno Ramírez, del rector de la UTC Manuel Quintero Borrego, de Any Porras Baylón; así como empresarios como: José Luis Porras Domínguez, de Bernardo Rodríguez Naya, del Ingeniero Florencio Román Messina, de Pepe Porras Fuentes, Flavio Sánchez, El Canario y muchísima gente más; entre los que se encontraban el vendedor de elotes, el que vende churros, el asistente de Beni Ramírez. En fin, la estimación de la sociedad santiaguense que supo ganarse en vida esta apreciada dama se vio reflejada en el templo de nuestro santo patrón el Sr. De la Ascensión y en el atrio del mismo donde la gente en verdad formó una romería.

Nuestra solidaridad eterna para nuestros amigos Rodolfo y Raúl, a quienes ví devastados ante la desaparición terrenal de su señora madre, quien seguramente ya se encuentra al lado de su querido esposo Raulito Rodríguez Verduzco. Descansen ambos en la gracia del Señor nuestro Dios.