EL ITACATE: EL ESPEJO DEL HOMBRE DOBLE

Por Agustín Almanza Aguilar

29 / Octubre / 2014

Desperté muy inquieto esa noche, sin sudar y con demasiadas imágenes en mi mente que aún palpaba ya a color ya en blanco y negro; esos rostros pálidos de ojos cóncavos y convexos aún me miraban riendo.

Sentí –lo recuerdo muy bien- el jalón de mi cobija cuando aún dormía. Luego vino el dolor de cabeza y el sentirme transformado en densa niebla, azulosa y blanca, que se arrastraba lentamente por debajo de la puerta de entrada de mi recámara.

El espejo que estaba al pié de aquella sagrada imagen se puso negro de repente y entonces me ví sin asomo de vida, con los ojos opacos, mientras detrás de ese remedo de ser humano aparecía oro igual sólo que riendo hacia mí, hacia aquella niebla pensante, con la mirada de perfil u como dándome a entender que él era mi verdadero yo.

Entonces la niebla salió del cuarto y me sentí pesado y liviano al mismo tiempo (¿Tiempo?) ¿Existía acaso e ese juego onírico esa especie de tiempo?)

Un cementerio apareció luego. Me ví en medio, rodeado de sepulcros y tumbas, unas rotas, otras con flores secas, otras con raras inscripciones, con triángulos y círculos con cruces en medio. El césped era verde amarillento, era una tarde gris y todo alrededor giraba en blanco y negro. Ya no era niebla amorfa sino que tenía humana dimensión. Al lado izquierdo y por mi espalda ví a una especie de templo pequeño, con oscuros dentros y son puertas, mismo que mostraba altares y velas encendidas y vasos como de oro. Algo me empujó a entrar a ese recinto. Bien sabía que estaba dentro de un sueño, que todo ello no era realidad, que debía entrar.

Me detuve en el umbral y quise devolverme pero contemplé, con la piel erizada, que aparecían tras de mí muchos cadáveres, unos aún con la carne cayéndose en pedazos y otros de plano en huesos.
-¡Entra –me dijo algo que parecía mujer-, es nuestra fiesta y será tuya también, pues pronto nos pertenecerás y serás de nuestro mundo! ¡Entra –enfatizó lúgubremente- al templo de donde nunca debiste de haber salido!Dicho esto, atravesó mi cuerpo, junto con los demás y, al final, una niña de ígnea mirada me tomó de la mano y entré gustoso –lo que se me hizo extraño- a aquella oscuridad templaria.

Hubo rezos y oraciones muy extrañas, hubo gemidos y bufidos y atormentadores llantos. El tiempo era otro y el olor a camposanto me embriagaba tenazmente. Todo apestaba a putrefacción, a corrupción de intestinos y a defecaciones en fiemo. Yo temblaba; mucho, temblaba.

No supe cómo de un montecillo, allí en esa necrópolis. Sólo que dí –lo sentí- con una reja metálica, la cual me apresuré a abrir y traspasar. Entonces ví un sendero lleno de lodo con árboles llenos de serpientes que me acosaban y no me permitían ir más allá Más allá de donde el maldito sueño me había colocado. Pero el regresar al panteón también me aterraba. Volví la vista ¡y allí estaba la niña!, vestida de rosa con blanco moño en su cabeza saludándome, pero ya con las cuencas vacáis. Mientras aquella lóbrega mujer caminaba, se arrastraba de espaldas invitándome a penetrar su vacía tumba.

Decidí, a fortiori, cruzar, no si asco y repulsión, aquel bosque ahíto de serpientes, y caminé descalzo –no supe cómo se abrió esa puerta-, con mis pies llenos de lodo. Quería avanzar, con los ojos cerrados, pero ¿cómo me guiaría para llegar al final ya de mi enfadosa pesadilla?

Entonces una especie de cuervo brotó de tal negrura cuando del cielo tronó un rayo y comenzó la lluvia. El pájaro comenzó a picotearme hasta hacerme sangrar todo el cuerpo –y eso que era un sueño: un sueño demasiado real para no poder despertar-. Sentí morir, pero de repente todo se volvió lleno de misterio enigmático, y todo desapareció, hasta yo mismo.

Referéndum: Y no se olvide que en ‘BAZAR MÉXICO encuentra usted lo mejor en herramientas nuevas y usadas, y duplicación de llaves desde diez pesos. Está a sus órdenes en Avenida México, número 451 norte (a un lado del puente), en la colonia Mololoa, Tepic, Nayarit. Allí lo atiende nuestro amigo TOÑO FLORES. Teléfonos 216 16 07 y (Cel.) 311 721 99 64. ¡Visítenos y saldrá convencido!