Nayarit Plural: ¡Las barbas a remojar!

Por Fernando Gutiérrez Meza

07 / Noviembre / 2014

El asunto de Iguala ya dio la vuelta al mundo, los medios electrónicos, escritos y las redes sociales se encargaron oportunamente de informar sobre la desaparición de los 43 estudiantes, suceso que tiene molestos a universitarios del país, que se han solidarizado con las familias que claman por sus hijos.

El pasado martes se supo de la detención de José Luis Abarca, presidente municipal de Iguala, en el Estado de Guerrero, junto con su esposa, principales sospechosos de la desaparición de los estudiantes que nadie sabe del paradero y mucho se duda están con vida, aunque lo deseable es lo contrario.

Tras la aprehensión del alcalde en referencia, que relacionan junto con su esposa con gentes del crimen organizado, el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, dio a conocer respecto el suceso que tiene a la expectativa a los mexicanos y países vecinos.

Ante ese panorama y de acuerdo a lo que se continué viendo, hay certeza que el crimen organizado se encuentra inmiscuido en la política, al menos se tiene un botón con Abarca, que de vendedor de huaraches y sombreros logró adquirir un sinnúmero de propiedades y negocios, lo que indica que millones de comerciantes del país y quienes tengamos la intención de poner un changarro no nos equivoquemos, vamos a ofrecer huaraches, sombreros siete leguas.

La verdad nadie se explican las millonadas de dinero que se gasta en propaganda en cada proceso electoral, a grado tal, que hasta candidatos independientes han accedido al poder sin requerir de partido o siglas, pero claro con dinero que nadie investiga su proceder, pues a pesar que las instituciones electorales hablan de topes de campaña nadie los respeta.
Con el asunto de Iguala, queda clara la presunción que las diferentes bandas del crimen organizado se encargan de financiar campañas electorales, bajo los probables compromisos de dejarles en los gobiernos las policías sabedoras esos personajes que con eso la plaza para vender caramelos y fritangas la tienen asegurada por seis o tres años.

No existe otra explicación del manejo de dinero en las campañas, pues los dirigentes de partidos políticos cuidan la chequera como propia y sueltan los billetes muy a fuerza, ¡ha!, pero el dinero ajeno lo sueltan sin miramientos y por pacas para que lo regalen los coordinadores de campañas, según comentan quienes han andado de metiches en las campañas.

Los políticos al menos de la nueva ola tienen una característica similar, no disparan ni en defensa propia o como dicen en el rancho, no compran tamales por no tirar las hojas, oséase que son muertos de hambre insensibles, por eso la probable sospecha que las campañas las financian los delincuentes, quienes tienen fama distinta a los primeros, pues mientras que unos invierten la lana en sus tierras, ponen negocios, compran casas, carros y mueven la economía en las ciudades, los otros se llevan a otros países el dinero que obtuvieron bajo la sombra del poder.
No hay duda que el tema de Iguala será nota por mucho tiempo, y ante el brote de pus que surgió en el PRD no hay duda que se estarán sacando sus trapitos al sol de un lado y otro, cuestión que dará al traste con la poca credibilidad que existe de la clase política en la república infestada que le tocó gobernar a Enrique Peña Nieto, del que veremos el papel que juegue tanto en ese asunto como otros que hay.