EL ITACATE: BAUDELAIRE Y LOS SÍMBOLOS

Por Agustín Almanza Aguilar

13 / Noviembre / 2014

Tenemos a la mano a la vista un interesante ensayo sobre el tema que hoy nos ocupará y es de la autoría del egregio Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, y Profesor de literatura Francesa, CARLOS PUJOL, que comienza su trabajo así: Hay unanimidad en cuanto a la opinión de que la poesía moderna –no solo occidente- empieza con un libro, ‘LES FLEURS DU MAL (Las Flores del Mal) de Charles-Pierre Baudelaire (1821-1867), publicado en 1857 es difícil encontrar poetas importantes que no puedan considerarse como discípulos directos o indirectos de Baudelaire. Y, en efecto, lo fueron PAUL VERLAINE, ETIENNE (STEPHANE) MALLARME, ARTUR RIMBAUD, PAUL VALERY, no sin dejar de subrayar que nuestro personaje tenía como su maestro al gran TEOPHILE GAUTIER.

‘Las Flores del Mal’, al mes de haber aparecido, fue secuestrada debido a una campaña difamatoria promovida por ‘LE FIGARO’, que la señalaba como ofensora de la moral.
VÍCTOR HUGO expresó su voz comprensiva: Acaba de recibir usted una de las pocas condecoraciones que pueda otorgar el régimen actual. Aún así, la critica a su obra fue, mayoritariamente, despiadada, y se llegó a escuchar como: Hay momentos en que se llega a dudar de la salud mental del señor Baudelaire Lo odioso se alía con lo inmoral, lo repugnante con lo infecto. Este libro es un hospital abierto a todas las demencias del espíritu.

Por su parte, Charles-Pierre había escrito, en una carta a su madre (1857): Este libro está revestido de la belleza siniestra y fría, y se ha hecho con furor y con paciencia. Le fascinaban los aspectos más horribles de la vida, temas que dominaba con facilidad y expresaba con la seguridad del pulso.
La poesía como símbolo de rebelión; el arte debe bucear en la sordidez y en el mal, en el dolor y en la muerte, pero sublimándolo todo en palabras bellas y exactas, que conduzcan a la perfección.
¿Inspiración? Contestaba que Ella consistía en trabajar de noche y día: La poesía es lo más real que existe, y no es solamente verdadera más que <en otro mundo>. Murió víctima de la sífilis (¿gracias a la mulata JEANNE DUVAL?), lúcido, pero sin recuperar el uso de la palabra.

Dos de sus discípulos –como ya anotamos líneas atrás- , VERLAINE y RIMBAUD, fueron también personajes controvertidos. Ambos tuvieron una relación íntima borrascosa, tanto así que el primero dejaría su religión y a su mujer e hijo de pocos meses, por el segundo Nos centraremos en Rimbaud.
Se creó en un hogar desavenido, y sus padres se separarían en 1860. Desde muy joven demostró mucho talento para escribir versos. Vivió casi perennemente en conflicto con su madre, y huyó de casa. En París conoce a Verlaine, que lo introdujo en los ambientes literarios de la capital, donde deslumbraba a todos sus integrantes por su talento poético y espíritu de rebeldía absoluta. En 1872, arrastra a Verlaine a Bélgica, ya con el abandono de éste a su familia. Luego vendrían las riñas y desavenencias y la ruptura (Bruselas), donde Verlaine le dispara dos tiros de revólver, hiriéndole en la muñeca, lo que ocasiona sea metido a prisión (2 años). Esto hace que éste recobre la fé cristiana en su niñez, y publica su Romance sin Palabras, que contiene un vacio total (Pujol).
Rimbaud sigue con su íntima desazón, de donde brota su Une Saison en Enfer (La Temporada en el Infierno), Conjunto de visiones escritas en un lenguaje bello y hermético que parece aventurarse mucho más allá de donde habían podido llegar los poetas más audaces y revolucionarios. Rimbaud será ya para la literatura el vidente por antonomasia, como Verlaine el más refinado y sensible de los músicos que tenido la lengua francesa (C. Pujol).

Verlaine recae en el alcoholismo y se convierte en un guiñapo humano, con escandalosa vida que lo ubica al margen de la sociedad, empero publica un nuevo libro de poemas Cordura (1881), de inspiración religiosa, y, en 1884 ya era alguien que entraba y salía de los hospitales, viviendo en la más sórdida miseria. Muere en 1896, y la de su amigo Rimbaud fue no menos singular y dramática.
Rimbaud andaba en países exóticos y había renunciado a escribir (1876), enrolándose en el ejército Holandés, donde desertó. En Abisinia se dedica a tráfico de marfil y de armas en esos años se publica, en París, su segundo libro, Las Iluminaciones (1896, el de la muerte de Verlaine), un texto sorprendente de poemas en prosa, con un contenido lleno de magia y misterio, que parecen obedecer a las leyes que no tienen nada que ver con la realidad. En la pluma de este alquimista de la poesía que quiere ‘fijar los vértigos’ por medio del arte de la palabra, todo se transforma en prodigios, locura o milagro, un encantamiento que permite ‘escribir silencios, decir lo inexpresable’. Esta poesía tan violenta, criptica y original iba a presentarse a las interpretaciones más contradictorias cuando mucho después de su muerte, se hizo el descubrimiento de Rimbaud enigmática obra (Pujol).
Aún se sigue estudiando el posible significado esotérico de la obra poética de ARTHUR RIMBAUD, quien moriría en Marsella, víctima de un cáncer generalizado, con una pierna amputada, sin haberse reconciliado con la iglesia, un 10 de noviembre de 1891: tenía 37 años.
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