Líneas: ¡La Reina de los Estanquillos de Periódicos y Revistas: Doña Aurora I!

Por: José Ma. Narváez Ramírez.

21 / Enero / 2015

Podría decirse fácil el durar 64 años en un solo lugar del centro histórico de la ciudad de Tepic, Nayarit, pero para doña Aurora Murillo Ruelas, que a los doce años empezó en el periódico Prensa Libre su incipiente carrera de tipografista, enseñándose a parar en el componedor letra por letra las noticias que después de todo un proceso salían impresas en los periódicos, fue toda una odisea 8 años duró en este duro oficio que era de hecho para los varones, pero en aquellos días, como hoy, Aurora le entraba a todo porque para ella la vida ha sido siempre -hasta la fecha- un reto que hay que cumplir a como dé lugar.

Así, después de bregar durante sus mejores años de su juventud, la simpática chamaca logró abrir su propio negocio, ahí en el portal del Hotel Bola de Oro, su puesto de revistas y periódicos que hasta la semana anterior, después de 64 años, cerró –por causas de fuerza mayor- y re-abrió un pequeño quiosco allá en la esquina de la calle México y jardín Mololoa, donde continuará con el mismo giro, aunque ya no con la misma intensidad, porque -según nos platica- sus ojos ya le empezaron a fallar más no las ganas de seguir en la dura batalla por la vida –asegura-.
Yoya cuenta con 84 años de edad, así que empezó en el famoso estaquillo de doña Aurora la señora enojona que no permite que nadie le hojeé las revistas porque las aja, y nos dice: y la mercancía pierde su principal atractivo que es la presentación inmaculada

Conoció a varios personajes del mundo de la información, como al Guajolote que era como el Cheto, el Panchito Tentón él utilizaba una bocina redonda y a puro pulmón anunciaba lo que quería como programas de cine, cuando se perdía una persona cuando se perdía alguien lo que decían los periódicos así le pagaban porque anduviera en las esquinas vendiéndolos y dando aquella publicidad
Cuando me salí de Prensa Libre, me puse a trabajar en El Nayar, ahí conocí a Carlos Muñoz, a los hermanos Pérez Cisneros, a sus hijos luego dejé ese trabajo y me pasaron el puesto en el Retes y de ahí me pasaron el puesto de acá que era de Angelina, y me puse a vender y en ese duré los 64 años.

Eso que dicen que soy muy fijada o corajuda porque les digo a los clientes que si no vas a comprar para qué lo hojeas, pero yo les digo que es una práctica anti-higiénica y lo maltratan, así es que la persona que lo va a comprar no lo quiere ajado. Yo vendo revistas y periódicos limpios, y pueden constatar que en otros negocios están muy maltratados.
Al preguntarle sobre su familia, nos dice que no fue casada, sino madre soltera, tuvo dos hijos, uno falleció y le queda su hija, cinco nietos y seis biznietos
Le inquirimos sobre la experiencia que le dejó haber durado toda una vida en el portal de Tepic, y nos contesta: Me he hecho de dos casas para vivir a gusto, en una vive mi nieta y en la otra yo, y tengo la satisfacción de haber criado a mis hijos y al mismo tiempo haber tenido una selecta clientela muy buenas personas a las que estoy muy agradecida por haberme estado favoreciendo con sus compras.
Nos hizo saber que ha lidiado con la diabetes desde hace varios años y que le ha perjudicado la vista, pero lleva una buena atención médica y con lo que le queda, asegura, puede seguir atendiendo a su clientela. Mi negocio está en la esquina de las calles México y Colosio, es un kiosquito pequeño, y ahí, ahora en pequeño, voy a volver a empezar a luchar para sobrevivir.

Vemos en doña Aurora una persona que conserva su fuerza, su humor, su amor por la vida, y nos afirma: Quiero trabajar, para no estirar la mano, mis nietos me ayudan, me dicen que ya no trabaje, pero no me gusta estar esperando a que me den, no me gusta, como le digo, estirar la mano.
Esperamos en Dios que ahí siga hasta que Él quiera, y nos despedimos con un hasta luego, doña Aurora y nos contesta con orgullo y dignidad; Muchas gracias a usted y al público de Nayarit, por haberme sostenido en ese lugar todos esos años.

Control Señores Control Que Dios nos bendiga a esta amable señora, que entregó toda su vida al estanquillo de revistas y periódicos más famoso de nuestra entidad, y que es un ejemplo de lucha y tesón por la existencia. Una persona muy admirada por varias generaciones de periodistas y escritores que le han brindado sus comentarios y sus poemas, como la fotografía de El Venado, que acompaña el presente artículo y el homenaje que el Vate Octavio Campa Bonilla, le dedicó en un trabajo rimado muy hermoso.

¡Que nos duré otros 64 años!
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